jueves, 27 de junio de 2013

INVITACIÓN ACTO DEFENSA DE TESIS DOCTORAL


sábado, 4 de mayo de 2013

La innovación tecnológica como arista de la transformación social

La innovación tecnológica como arista de la transformación social
SANTIAGO JOSÉ ROCA|  El concepto de “innovación” se ha popularizado, propiamente, en el contexto de la ideología de mercado, en el cual la tecnología es un bien mercantil que puede ser intercambiado de acuerdo con la dinámica de la demanda.
ven satelites1.-En otras palabras, originalmente el concepto de innovación tiene sentido en cuanto que los productos tecnológicos se consideren como “mercancía” en un medio de libre cambio. Esto es lo que podemos sacar de documentos que constituyen referencias comunes sobre el tema, tales como el Manual de Oslo (2005), en el cual se tiene la siguiente definición:
Una innovación es la introducción de un nuevo, o significativamente mejorado, producto (bien o servicio), de un proceso, de un nuevo método de comercialización o de un nuevo método organizativo, en las prácticas internas de la empresa, la organización del lugar de trabajo o las relaciones exteriores (p. 56).
Dicha definición sigue siendo utilizada por organismos tales como la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), la cual, en documentos como el Índice Global de Innovación 2012, contribuye con la consolidación de la corriente principal de pensamiento sobre este tema. Ahora bien, el Manual de Oslo es un documento orientado a servir de referencia para la innovación en empresas, y explícitamente señala que no se ocupa de la innovación en el sector público. Por lo tanto, no existe contradicción entre lo que pretende y la forma en que se desarrolla el asunto.
Sin embargo, documentos como éste suelen ser extrapolados a otros contextos, en los cuales los objetivos colectivos no se restringen a los fines del mercado – donde priman los agentes económicos orientados a la generación de capital a través de la competencia monopólica – sino que, al menos en teoría, deben ocuparse de fines políticos. Uno de esos fines políticos es la creación de ciudadanía, la cual, bien entendida, es el sentido de pertenencia a una comunidad política, y se fundamenta en la garantía de los derechos políticos y sociales de la población, que es lo que persigue el interés de consolidar un Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia; aún más, apuntalado por un Proyecto Nacional de carácter Socialista. En conclusión, la idea de “innovación” que sirve a las empresas no puede ser la misma que sirve para la generación de políticas públicas que se propongan la democratización radical de los derechos a la participación de la vida política y económica del país, tanto como la garantía de las condiciones que sustentan la seguridad social de las personas.
Lógicamente, viene entonces la pregunta de qué entendemos por “innovación” en el contexto del Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia, y desde el horizonte de la gestión socialista de la acción de gobierno. Así, resulta necesario proponer algunas ideas que puedan servir para la reflexión en torno a las formas de concebir y desplegar una política de gobierno específicamente dirigida a la “innovación tecnológica”. Dicho interés es aún más pertinente en un país como el nuestro, en el cual el gobierno está haciendo un esfuerzo ejemplar para transitar la senda de la dependencia hacia la independencia tecnológica.
2.-Ya hace más de medio siglo, un pensador como Heidegger hablaba de la existencia de una representación “común” sobre la tecnología que la reducía a ser un medio para determinados fines, pero no en un sentido trascendente, sino más bien en términos instrumentales. Así, la tecnología no era otra cosa que la “causa eficiente” de ciertos efectos. Ciertamente, en general la tecnología continúa siendo vista como un instrumento y como un bien físico. Lo que ha de reflejar el valor de un dispositivo tecnológico es su capacidad para responder ante determinadas demandas, esto es, su funcionalidad. De forma tal que cuando hablamos de tecnología estamos hablando de dispositivos y sistemas físicos que toman significado para nosotros en razón de su funcionalidad y de la eficiencia con la que participan en determinados procesos técnicos y sociales.
Es claro que la observación de la tecnología que reduce a un fenómeno físico-funcional (bien con sus implicaciones mecánicas, electrónicas, energéticas, de software, o cualesquiera), facilita su adopción como mercancía en un contexto de mercado (es decir, como un objeto terminado, sujeto al valor de cambio). Sin embargo, es importante destacar que esta percepción de la tecnología la reduce a un producto. Al convertir a los dispositivos y sistemas (a su vez, “dispositivos” integrados por numerosos dispositivos y relaciones funcionales) en “producto”, dejan de observarse los procesos a través de las cuales deviene tal como son; en cuanto a quiénes les dieron origen, quiénes se ven afectados directa o indirectamente por ellos, quiénes son sus usuarios y cómo es su relación con el ambiente.
En otras palabras, la percepción social del objeto tecnológico se encuentra despojada de implicaciones sociales y cognitivas, para quedarse sólo con especificaciones funcionales y, en los mejores casos, económicas (en el sentido en que la disciplina económica embarga a las disciplinas “comunicacionales” u “organizacionales”). De este modo, las condiciones que permitieron que el dispositivo llegara a ser pasan a formar parte de un fondo oscuro, y lo que viene en primer plano en la propia existencia del dispositivo en cuanto efecto auto-reflejado de la razón funcional.
Utilizando términos que han venido popularizándose en ciencias sociales y en educación – sobre todo desde una perspectiva “constructivista” – podemos contraponer a una concepción de la tecnología como “producto”, la concepción de la tecnología como “proceso”. Ahora bien, no son pocos los aspectos que se abren desde esta otra perspectiva, ya que el dispositivo o sistema tecnológico comienza a compartir el foco de atención con otros aspectos. Aún más, las respuesta a estas preguntas se reflejan entre sí, es decir, no se puede contestar unas sin las otras. Entre dichas cuestiones podemos mencionar las siguientes:
En primer lugar, aparecen los aspectos organizacionales que tributaron a su aparición: ¿qué forma organizacional lo produjo? ¿de qué manera? ¿qué intercambios realiza con el medio social y ambiental?
Así mismo, emergen los aspectos metodológicos de su producción: ¿cómo fue concebido? ¿cómo se diseñó y se desarrolló? ¿con qué fines abstractos y con cuál motivo funcional?
Luego aparecen preguntas de tipo “técnico”: ¿cuál es el conocimiento asociado a su desarrollo y a su funcionamiento? ¿cuáles son los modos de acción organizada que permiten que cumpla con su cometido? ¿Cómo es el sistema de relaciones técnicas en el que se involucra?
También, preguntas de tipo cognitivo y socio-cognitivo: ¿en qué esquema de generación y circulación de saberes surge? ¿cómo participan o son excluidas diferentes culturas cognitivas? ¿cómo colaboran o se excluyen diferentes sujetos en su desarrollo?
Además, aparece la pregunta por su integración en un sistema que no es sólo técnico, sino también social: ¿cómo se integra en redes sociales de producción final e intermedia, de bienes tangibles e intangibles? ¿cómo se integra en el medio de las relaciones políticas y de producción, en un nivel más general? ¿cómo aparecen en medio de relaciones éticas y estéticas, en cuanto a la relación con la naturaleza y el trato entre seres humanos?
Y aún más, comienzan a aparecer preguntas de dimensiones históricas y culturales: ¿dentro de qué contexto social y cultural aparece? ¿en qué marco de relaciones económicas y geopolíticas se presenta? ¿qué clase de objetivos sociales le dan sentido?
En suma, vista en cuanto “efecto material”, la tecnología puede pasar fácilmente a convertirse en objeto de intercambio mercantil. Sin embargo, desde un enfoque más amplio, los dispositivos y sistemas tecnológicos emergen como parte de determinadas dinámicas sociales y cognitivas y, por lo tanto, no son otra cosa que la expresión de un determinado modo de sociedad. No obstante, la situación es tan compleja que una sociedad que genera tecnología también es constituida tecnológicamente (por lo tanto, podríamos decir que no se trata de una relación lineal sino dialéctica ), por lo cual no se trata de aplicar cierta forma de determinismo social para contrarrestar un determinismo funcional, sino de tener conocimiento de que el fenómeno de la tecnología se encuentra también condicionado histórica y culturalmente en nuestras sociedades.
Así, la forma en que se manifiesta la tecnología en nuestra sociedad responde a un conjunto de dinámicas que fluyen por medio de un sistema complejo y abierto de relaciones sociales. Necesario es conocer esas formas, describir cómo funcionan y qué actores participan, para entonces comenzar a operar con y contra ellas para fomentar un tipo de tecnología que responda a la escala de legítimas necesidades sociales, y no a requerimientos propios de un contexto de explotación. Así, en cuanto que el desarrollo tecnológico es una cuestión de marcos de interpretación y de decisiones – es decir, de voluntades –, es también un problema político, y no sólo una cuestión de artefactos. De allí surge la posibilidad de plantear una política tecnológica que no se limite a la dimensión funcional de los sistemas y que supere una visión economicista y mercantil de su despliegue en la sociedad.
Por cierto, no nos engañemos al pensar que las instituciones que fomentan el modo tecnológico capitalista desconocen que el desarrollo tecnológico posee un importante componente político. Ellas se preocupan por hilar el contexto en el cual una tecnología orientada por los fines del capitalismo tiene sentido. Así, el mencionado informe patrocinado por la OMPI presenta ciertos índices para valorar la innovación en un país, de los cuales varios son de contenido político y fundamentan el patrón de medida en el liberalismo político y económico. De esa forma, esta organización introduce valoraciones políticas en una materia que supuestamente atañe a la economía y al desarrollo tecnológico; disciplinas que, desde una percepción común, son “neutras”.
3.-Resulta obligatorio ir más allá de este cuestionamiento inicial porque, entre otras razones, se trata sobre todo de construir una noción de innovación que sea capaz de competir con la concepción de la innovación capitalista y, aún más, que pueda servir para articular la gestión participativa del gobierno en torno a la satisfacción de necesidades sociales a través del eje de desarrollo tecnológico. Por lo tanto, además de fundamentar otra concepción de la innovación, es necesario proponer las bases para el despliegue de procesos de innovación en nuestro país.
En cuanto al primer problema, hace algunos años, el Presidente Chávez señaló la necesidad de darle contenido al Proyecto Nacional venezolano en el área de ciencia y tecnología. En ese momento expresó:
… nuestra sociedad socialista, una sociedad de conocimiento, más que de conocimiento, más allá, una sociedad con conocimiento, con sabiduría, la sociedad del talento, la sociedad creadora, creativa, ese es el rumbo que nosotros le hemos dado a nuestro Proyecto Simón Bolívar, pasar por la Sociedad de la Información, la Sociedad del Conocimiento, rumbo a la Sociedad del Talento … (CENDITEL, 2010 )
Avanzar más allá de la Sociedad de la Información y del Conocimiento, es tecnologiatrascender las formas hegemónicas de definir el papel del conocimiento, la ciencia y la tecnología en el mundo actual. En particular el concepto de Sociedad de la Información, más extendido que el segundo, coloca a la tecnología digital en el centro de un proyecto de transformación social pero, en cuanto que deviene de un pensamiento que ignora sus propios límites, deja de lado los procesos históricos que le dieron pie (Roca, 2012). En otras palabras, se olvida a menudo que “Sociedad de la Información” – como también “Sociedad del Conocimiento” – son conceptos que buscan darle sentido homogéneo a una realidad que es fundamentalmente contradictoria y que se encarna en los avatares propios del capitalismo contemporáneo (como el desarrollo de las TIC, pero también la flexibilización del trabajo, la migración de capitales, el auge de la economía especulativa, entre otros aspectos). Al llamarnos a trascender estas formas hegemónicas de conceptualizar el papel del conocimiento en nuestra realidad, se nos pide que participemos en un proceso práctico y reflexivo de darle forma a otra manera de concebir y desplegar la gestión del gobierno popular en el área de ciencia y tecnología, la cual supere las directrices que impone el papel de las tecnologías en las sociedades capitalistas.
Una Sociedad del Talento no puede ser otra cosa que una sociedad en la que el saber sea radicalmente socializado hasta el punto de que se genera conocimiento tácito y estructurado de forma significativa, para promover el cambio social, lo cual es facilitado por dinámicas que favorecen la generación de conocimiento y su manifestación en formas tecnológicas que responden a necesidades sociales. En este sentido, es necesario destacar dos dimensiones de la cuestión. Por una parte, una sociedad “con conocimiento” se convierte también en una “sociedad creadora” porque cultiva la capacidad de inventar; de ahí la importancia de la democratización de los canales de generación de saberes para la conformación de una sociedad que crea conocimiento. Pero igualmente importante, es que dicha sociedad coloca sus valores culturales y cognitivos a disposición de la realización de proyectos de vida compartidos. De esta forma, la creación, bien entendida, se encuentra a disposición del logro de bienes sociales, en el mismo sentido en que, como recuerda Chávez en el discurso mencionado, “moral y luces son los polos de una República” (Bolívar).
Ahora bien, se requiere la conformación de marcos políticos y conceptuales que permitan visibilizar las necesidades y darle sentido a las acciones propuestas (por ejemplo, la vivienda popular es una necesidad en un contexto político, en otros no). Como consecuencia, las necesidades serán estructuradas en marcos conceptuales amplios, porque se harán visibles a partir de su formulación en iniciativas, propuestas, programas, planes y proyectos de acción. En un marco socialista, donde resulta preeminente la planificación y la participación democrática en la vida social, el interés por el cultivo de la conciencia social genera las formas educativas y los medios de planificación para que las necesidades reales de las mayorías puedan ser visibilizadas y atendidas con sentido estratégico (un caso ejemplar es la reciente discusión pública del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación). De esa manera puede llegarse a la formulación de proyectos nacionales, los cuales proporcionarán orientación y significado a los diversos esfuerzos que la sociedad puede realizar para sustentar la vida en común.
Dichos proyectos no devienen simplemente del esfuerzo de los especialistas en planificación, sino que son, en primer lugar, expresión de las condiciones históricas de lucha social, por lo que pueden responder a diversos intereses de grupo. De allí que una política de vocación popular se preocupe por mantener el control democrático de los medios de participación y planificación pública. Si en un momento dado las condiciones de lucha social facilitan la preeminencia de un proyecto histórico socialista (en síntesis, uno que favorece la hegemonía de la conciencia social por encima de la hegemonía de los intereses particulares), dicho proyecto está obligado a plantear los medios educativos, técnicos y tecnológicos – en el contexto de los cambios sociales que le atañen – para convertirse en una alternativa de vida para la población. De ahí que la adopción de un proyecto socialista conduzca a la desagregación de políticas y acciones de gobierno que, con una perspectiva integral, apunten a la transformación de la realidad subjetiva y material en que se desenvuelve.
Así, retomando la concepción sobre tecnología que esbozamos antes, parece claro que un proyecto tecnológico socialista está llamado a fomentar procesos sociotécnicos y relaciones culturales que permitan la generación de procesos educativos y productivos que formen parte de la construcción colectiva de un proyecto nacional. En otras palabras, el despliegue de una concepción política de la tecnología, en términos de la acción de gobierno, debe reforzar la materialización de las condiciones en que la tecnología, en cuanto que proceso, contribuya a nutrir una dinámica social que sirva al desarrollo integral de la población y a nuestro desarrollo como Nación. Así, posee dos ven innovaciontareas: debe apoyar que se de respuesta a las necesidades sociales y debe contribuir con la formación de la conciencia social. De ahí que los fines sociales del sistema de generación de tecnología serán determinados por el proyecto nacional y, por tanto, apuntará a generar formas tecnológicas diferentes a aquellas que emergen desde la perspectivas de otros modelos de sociedad (Varsavsky, 2004).
El examen de un sistema tecnológico nacido en el contexto socialista debería mostrar resultados diferentes a los de otros contextos. Por ejemplo, se podría responder a las preguntas que referimos anteriormente – sobre los sistemas tecnológicos – de la siguiente manera:
¿Qué forma organizacional lo produjo? Una en la que se respeten relaciones de cooperación y colaboración, antes que de competencia y explotación.
¿Cómo fue concebido? En atención a las necesidades sociales y dentro del marco de un proyecto nacional; ¿Cómo se diseñó y se desarrolló? Con participación de centros especializados, comunidades organizadas y usuarios finales.
¿Cuál es el conocimiento asociado a su desarrollo y a su funcionamiento? Conocimientos técnicos y no técnicos orientados a la funcionalidad, la producción, los modos organizacionales y las redes sociotécnicas.
¿En qué esquema de generación y circulación de saberes surge? En un contexto de construcción colaborativa de los problemas y las alternativas tecnológicas.
¿Cómo se integra en redes sociales de producción final e intermedia, de bienes tangibles e intangibles? En un sentido que apoya la producción colectiva y la apropiación social de los bienes generados.
¿En qué contexto social y cultural aparece? En un contexto de transformación social para la emancipación; ¿Qué clase de objetivos sociales le dan sentido? Los propios de un proyecto de carácter nacional y popular.
Si el sistema de generación de saberes tecnológicos deviene de un proyecto histórico – cristalizado en un proyecto nacional – entonces ¿de dónde surge la innovación? Como consecuencia de lo que hemos señalado, podemos decir que, en parte, la innovación tecnológica es una cualidad emergente de ciertas condiciones creadas en el sistema de generación de saberes. En otras palabras, no se trata de un fin buscado, como si fuera posible establecer una línea recta entre el interés de innovar y su realización, sino que más bien se trata de un resultado indirecto del arreglo del sistema. Esto quiere decir que, en cierto modo, la innovación tecnológica no se puede “controlar” pero, en cambio, sí se pueden fomentar las condiciones (políticas, jurídicas, financieras, educativas, técnicas, etc.) para que pueda emerger libremente en una sociedad que posee interés por el bien general. Así, un proyecto histórico orientado a la democratización radical de las relaciones sociales – lo cual involucra la creación de un sistema de poder hegemónico – generará un sistema tecnológico adecuado para este fin y, por tanto, buscará implementar los canales que favorecerán iniciativas tecnológicas que, directa e indirectamente, apoyarán a la innovación.
En este contexto, “innovación” no significa solamente la introducción de un nuevo saber o de una nueva aplicación en los procesos de generación de valor mercantil. En cambio, significa también que los saberes y sus aplicaciones se encuentran dirigidos a responder a necesidades planteadas a partir de proyectos de vida colectiva. Sin embargo, lo que parece simplemente un cambio de objetivo en la definición inicial de “innovación”, conlleva en realidad cambios significativos en el sentido de que el ejercicio de la gestión participativa de gobierno es una praxis compleja que involucra a distintos actores. Por lo tanto, si en un contexto capitalista el apoyo a la “innovación” requiere que se busque influir en las condiciones de mercado valiéndose de recursos públicos, en este otro contexto lo que se pretende es que la iniciativa pública y privada responda ante la necesidad de impulsar ciertas condiciones de bienestar general, a su vez, reflejadas en la Constitución y en el Proyecto Nacional. Ello implica, por cierto, que lo que ha de generar el sistema no son sólo efectos materiales, sino también bienes intangibles, tales como otros saberes, seguridad social y nuevas relaciones de trabajo.
Referencias.
Chávez, H. (2010) La Sociedad del Talento. Discurso pronunciado el 10 de noviembre de 2007. Mérida: Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Tecnologías Libres.
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) (2005) Manual de Oslo. OCDE-Eurostat.
Roca, S. (2012). “La ‘Sociedad de la Información’: de la economía de la tecnología a la política de las redes”. Revista Nuestramérica. Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Innovación; pp. 131-154.
Varsavsky, O. (2004). Hacia una política científica nacional. Caracas: Monte Ávila.
*Investigador del Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Tecnologías Libres (www.cenditel.gob.ve). Mérida, Venezuela.

La innovación tecnológica como arista de la transformación social

La innovación tecnológica como arista de la transformación social

jueves, 4 de octubre de 2012

Consideraciones sobre la Dimensión Ideológica de la Globalización, la Realidad Virtual y sus Contradicciones


Objetivo: Analizar las Transformaciones Organizacionales y Gerenciales en el Marco de la Sociedad de la Información.



PARTICIPANTES
                                                                   Gómez José Luis
                                     López Rafael
                                             Medina Kattiuska
                                             Meza Marcos
                                             Paredes Mayely



Barinas, Octubre 2012

Introducción

La globalización, independientemente de la manera como se la defina (reflexión) o confronte (acción), parece haber puesto en movimiento (redefiniendo, introduciendo o cancelando) las bases, los fundamentos mismos de cómo se entiende el desarrollo (la imagen) (Boisier, 2003), de cómo se explican las distintas trayectorias particulares (la experiencia) (continentales, nacionales, territoriales) y de cuáles son los ámbitos y actores colectivos que intervienen en la orientación de su devenir (la acción colectiva). Por consiguiente: el desarrollo es ante todo una idea, una representación, una imagen socialmente construida de un estado deseable. Su contenido cambia a lo largo del tiempo y del espacio; la experiencia concreta de colectividades específicas consideradas exitosas da lugar a la configuración de emblemas, de paradigmas, de puntos de referencia que interactúan y hacen interlocución permanente con la(s) idea(s) de desarrollo, modificándolas(s), redefiniéndola(s), o bien fundándola; el desarrollo como idea comporta la convicción de que la sociedad puede y debe intervenir, actuar en pro de su consecución a través de la acción colectiva: los sujetos colectivos de actuación y sus medios de intervención cambian con el tiempo y el lugar.

Según la Real Academia de la lengua Española (RAE) el significado de globalización es:

“Tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales.”

Lo que se busca con este trabajo es Analizar las Transformaciones organizacionales y gerenciales en el marco de la Sociedad de la información con respecto a las Consideraciones sobre la Dimensión Ideológica de la Globalización, la Realidad Virtual y sus Contradicciones

La Dimensión Ideológica de la Globalización 

La realidad virtual confeccionada por la dimensión ideológica de la globalización difiere notablemente de la realidad cotidiana. Ésta difunde la imagen de una creciente calidad de vida, transmitiendo valores y modos de comportamiento deseables, presenta un futuro optimista. La expresión lúdica del mundo en los medios de información ofrece, en una plasticidad irreal y torcida, un simulacro del Estado del bienestar, proyectado como la realidad supralocal, donde las contradicciones latentes de la aldea global son sustituidas por un universo de deseos factibles accesibles a cualquiera.

La proyección de ese bienestar alcanzable pasa a convertirse en una necesidad primordial de una sociedad ultra competitiva y desigual. Frente a las evidentes contradicciones, se vuelve ineludible para el mantenimiento de la cohesión y el consenso social la simulación de esta utopía (Braudillard, 1990).

Brunner (2002) escribe al respecto: “El gran riesgo es que realmente América Latina se quede excluida del orden global emergente de una economía basada en conocimientos, de la sociedad de la información, simplemente porque no hemos tenido la capacidad en uno de los sectores claves para la incorporación a ese nuevo orden, no solamente de hacer los cambios necesarios, sino de hacer los cambios con la velocidad necesaria”.

Porque en realidad hoy día ya no es un problema decir vamos a cambiar o no vamos a cambiar. Tal vez cambiar 10 años después de lo que era necesario ya no sirve; es una cosa muy dramática, pero en realidad, por primera vez ahora el mundo está conectado de tal manera que la velocidad de los procesos de cambio tiene una importancia esencial. Eso al final tiene un solo test, y es, si en las instituciones de Educación Superior, en cada una de las universidades uno ve o no, que hay el predominio de una dinámica de cambio por sobre una dinámica de conservación o de cerrazón corporativa o de temor frente a la sociedad” (citado en Medina, 2002).

La realidad cotidiana sólo se logra percibir por el ciudadano medio de una manera deformada, parcial y mutilada por los medios informativos, donde la desigualdad, la violencia, la alienación, la destrucción del individuo y su entorno, pasan a convertirse en escenas aisladas e inconexas (Fernández, 1996). Éste, muchas veces destituido de su sentido crítico, es incapaz de comprender lo que acontece.

La expansión simbólica e ideológica de la globalización se pasa significativamente a través de los mensajes que difunden los medios informativos - o los "mass media".

La excesiva concentración de los medios informativos en pocos grupos y conglomerados empresariales situados en los países desarrollados contribuyen para la propagación y diseminación de ese modo de pensar, vivir y patrones de consumo, haciendo con "que el Norte apareciese como el horizonte deseable para los ciudadanos del Tercer Mundo que están siendo constantemente bombardeados con mensajes masivos pensados desde y para los norte occidentales" (Sánchez, 1999: 84).

La producción cinematográfica es un claro ejemplo de la concentración comunicativa y de la expansión y predominancia del modo de pensar desde los Estados Unidos hacia los demás países. Hollywood alcanza hoy todos los mercados mundiales, abarcando actualmente más de la mitad de los mercados de otros países y continentes - en 1990 la proporción era de un 30%. Actualmente el cine estadounidense detenta 70% de los mercados europeos - contra un 56% en 1987 -, un 83% del mercado latinoamericano y 50% del japonés. En el sentido contrario, la participación de películas extranjeras en el mercado estadounidense es de solamente un 3% (PNUD, 1999). Cabe decir que en la manos de relativamente pocos grupos de la media comunicativa se encuentra un poder de mercado de más de 26 mil millones de pesetas (Hachmeister y Rager, 1997). Según datos de la UNESCO en 1990, de las 300 empresas más importantes de información y comunicación, 144 eran norteamericanas, 80 de la Unión Europea y 49 japonesas. De las 75 primeras empresas de prensa, 39 eran norteamericanas, 25 europeas y 8 japonesas.

La homogeneización de la cultura, aun que esté muy lejos de acontecer, es un fenómeno que se lastra junto a los constantes avances y desarrollo de los sistemas de comunicación. Los sistemas de información en los últimos años se desarrollaron incluso más rápido que la economía, creando un largo medio para estandarización de los hábitos de consumo y formación de nuevas instituciones y valores culturales.

La expansión de los modernos medios de comunicación, como la Internet y las transmisiones de televisivas vía satélite, traen en una proporción muy desigual los ideales, opiniones y valores del Norte para el Sur, de que en el sentido contrario. Esto causa graduales y profundas transformaciones en sus receptores, conforme afirma Sánchez:

"Aunque no conviene dejarse llevar por generalizaciones en lo que se refiere a los influjos de los medios, tampoco conviene olvidar que son los medios de masas los que crean el marco general para todos los procesos comunicativos de la sociedad en general. Su peso se hace sentir en un aspecto amplio de realidades.

Los ámbitos de preocupación o temas que hay que tener en cuenta, los hábitos de consumo y tiempo libre, la información y el conocimiento acerca del mundo, los saberes prácticos, la socialización de valores, normas, actitudes y opiniones, la vertebración social y la creación de corrientes de opinión, la percepción de afectos, sentimientos y emociones, el comportamiento, las relaciones sociales y familiares, la satisfacción de necesidades y deseos, el gusto y la educación estética, la creación de cosmovisiones, etc." (1999: 145).

Ese contacto con la civilización occidental se produce frecuentemente en conexión directa con la substitución o disolución de los marcos tradicionales de vida con modelos culturales y de comportamiento. El carácter de dominación ideológica es innegable, sobre todo si se tiene en cuenta que los medios de comunicación han sustituido gradualmente a las instancias socializadoras tradicionales, concentrando un poder tal que le permite establecer valores, formas de conducta, universos simbólicos.

Featherstone (1997: 89-90) destaca que con el actual poder de los medios comunicativos, se puede hablar ya que está en formación algo que se puede llamar de "opinión pública global". Esto, según él, se volvió evidente durante el desarrollo de las luchas por la independencia en el interior de la Unión Soviética, así como en la crisis y la guerra del Golfo. Estos tipos de acontecimientos, desde su punto de vista, envuelven apelaciones "a nociones de humanismo y conduce a la imposición de reglas de comportamiento, dentro y fuera del Estado que, una vez contestadas, refuerzan la idea de la existencia de un palco mundial y de que el mundo está a tornarse un lugar único".

Dimensiones que puede adoptar la Globalización.

¿Qué dimensiones puede adoptar la Globalización?

Pueden apreciarse variadas dimensiones, pero se hará referencia a solo 10 de ellas.

Si bien es cierto que la dimensión neoliberal, es la más arraigada al mundo actual, esta no es la única manera de manifestarse;

La Globalización puede apreciarse en diferentes dimensiones o formas como por ejemplo.

1- Neoliberal.

2- Política e ideológica.

3- Social.

4- Solidaridad.

5- Cultural.

6- Financiera.

7- Tecnológica.

8- Injusta.

9- Mercado.

10- Información.

Breve Análisis De Cada Una De Estas Formas.

1. Neoliberal. Responde a una nueva forma del liberalismo; es sinónimo de capitalismo salvaje, donde los procesos de privatización se imponen a todo costo social y las leyes ciegas del mercado contradicen las normas elementales de equidad, los desequilibrios socioeconómicos a nivel local y regional unido a las desproporciones del ingreso constituyen el resultado más fehaciente de sus estrategias de desarrollo. La receta inmortal de esta corriente se aprecia al reducir significativamente el papel del estado en la sociedad, el que se ve como portador de la ineficiencia de la economía a gran escala.

Al referirnos a los orígenes de la Globalización mencionamos tres impulsos claves; precisamente el tercer impulso fue favorecido por la crisis del sistema capitalista con una mayor desregulación de los mercados y una flexibilización del modo de producción capitalistas dando inicio así, a los ensayos neoliberales que hoy demuestran su inaplicabilidad en América Latina. Esto se corrobora con la tendencia actual de las fuerzas autóctonas en las luchas sociales comprometidas con la soberanía y la integración regional; la insatisfacción social, presente en las guerrillas de Colombia y Chiapas, en los levantamientos insurreccionales que depusieron a once presidentes en cinco años y en las crecientes protestas en las calles. Todo esto se une a la victoria de candidatos de la izquierda - como Chávez, Lula, Kirchner, Tabaré y Morales, con posibilidades de ampliar el espectro político del hemisferio occidental a niveles no previsibles por el imperio.

2. Política e ideológica. Está asociada a un nuevo reordenamiento geopolítico que tuvo lugar en los primeros años de la década de los noventa y se encuentra indisolublemente ligada a la caída de muros y bloques, se manifiesta en una tendencia polarizada de la ideología burguesa contemporánea presentándose como perfecta y universal ante cualquier manifestación de progreso social, sustentada en la progresiva construcción de jerarquías, dominios y las más sofisticadas regulaciones globales del mundo actual.

3. Social: La piedra angular de una Globalización más justa está en la satisfacción de las necesidades básicas del hombre y sus demandas, mediante el incremento de las opciones de vida, el respeto a sus derechos y su identidad cultural, implicando cada vez más a las comunidades locales con mayor equidad e igualdad de género.

La dimensión social es capaz de hacer sobrevivir al hombre de condiciones insostenibles; es una dimensión humana y justa. Si bien es cierto que esta forma de Globalización ha resistido incuestionables embates y alguno que otro revés, motivado en algunos casos por direcciones irresponsables o conductores incompetentes y en otros, por la búsqueda de su propio perfeccionamiento, también es cierto que muchas ideas justas se han materializado a través de la solidaridad y la valentía de muchos pueblos del mundo.

4. Solidaridad. A modo de ejemplo podría mencionarse el caso cubano, que a partir de 1990 y durante 15 años de crisis de la economía cubana, muchos pueblos del mundo incluyendo el de los Estados Unidos ha puesto de manifiesto la solidaridad a través de su ayuda desinteresada y humana; Cuba, país pequeño y bloqueado económicamente a un costo de más de 82 000 millones de dólares en reiteradas ocasiones después del 1ro de Enero de 1959 ha dado muestras fehaciente de solidaridad con muchos pueblos, incluso en medio de circunstancias muy difíciles, podríamos mencionar múltiples ejemplos de ayuda médica a países de todos los continentes.

Hoy emergen ejemplos elocuentes de solidaridad entre países del sur y se desarrollan iniciativas de integración sobre bases nuevas como se puede apreciar en la Alternativa Bolivariana para la América (ALBA). Esta dimensión pone de manifiesto la razón ante la fuerza, la verdad ante las difamaciones y da prueba del honor, la valentía y la dignidad de los pueblos. En tal sentido se deberá promover y estimular la Globalización con reglas y rostro humano sobre bases de un intercambio comercial justo y solidario, pues de no ser así se crearían las bases de un espacio donde reinaría el caos para la mayoría del planeta.

5. Cultural. Esta pretende imponer un modelo cultural a los países independientemente de su identidad; es el caso de los Estados Unidos al imponer su cultura pop y la dominación de Hollywood en el negocio del cine y la televisión mundial. En tal sentido Estados Unidos acapara el mercado internacional musical, cinematográfico, televisado y escrito y fomenta aspectos de su cultura en detrimento de otras culturas nacionales. Esta dimensión como dijera Fidel Castro “es la agresión a nuestras identidades nacionales, la agresión despiadada a nuestras culturas, como jamás ha ocurrido en la historia, la tendencia hacia una monocultura universal ¿Se puede concebir un mundo semejante? No se trata de un mundo que combine la riqueza y la cultura de muchos países, sino de un orden mundial que, por definición, destruye la cultura, una Globalización que destruye inexorablemente la cultura. ¿Qué es patria, sino una cultura propia? ¿Qué es identidad nacional, sino cultura propia? ¿Puede haber riqueza espiritual mayor que esa cultura propia creada durante milenios por el hombre, y que sean sencillamente barridas nuestras costumbres, implacablemente barridas? Hay que estar conscientes de eso porque la batalla de ideas y de conceptos será grande”2. En tal sentido se aspiraba, a que el desarrollo de la cultura universal, fuera condición indispensable para el desarrollo de las culturas de cada país, y en realidad, esto no es lo que ocurre en el mundo de hoy, ni promete ser lo que se hará en el futuro. Marx y Engels en el Manifiesto Comunista apuntan “La cultura, cuya pérdida deplora, no es para la inmensa mayoría de los hombres más que el adiestramiento que los transforma en máquinas”3 Estos aspectos muestran la verdadera esencia del capitalismo, con relación al desarrollo cultural de la humanidad. Cuba, desde la descolonización y el antiimperialismo que ha caracterizado al país, hasta la transformación cultural que ha tenido lugar producto de la gran revolución educacional emprendida en 1959, está en mejores condiciones que cualquier otro país para desarrollar una cultura verdaderamente autóctona que se anteponga al modelo cultural que se quiere imponer por el imperio.

Hoy la acelerada Globalización está sustituyendo la cultura de la alimentación de productos tradicionales por los de una comercialización estandarizada, lo que hace que se pierdan los hábitos tradicionales de alimentación.

Nuevas Formas de la Interactividad - La Exclusión Virtual 

Los avances de las tecnologías de información y comunicación desarrollaron nuevas formas de interacción humana, que propician la emancipación territorial y la proyección hasta un mundo virtual, donde las nociones de cultura, pertenencimientos y clases son reemplazados continuamente, tornándose más mutables e indistintas (Loader: 1997, Lyon: 1997). Actualmente, el individuo está no solamente sujeto a un creciente torbellino de informaciones, que consciente o inconscientemente condicionan la (re)formulación e incorporación constantes de nuevos valores y hábitos, como también la Interactividad del mismo ciudadano con ese sistema pasa a ser la condición para la inclusión en las nuevas relaciones de producción que se producen en ese contexto.

La imposibilidad de acceso de grandes conjuntos de individuos a este inmenso proceso de desarrollo tecnológico, científico y comunicacional genera lo que se puede llamar analfabetismo tecnológico. El individuo pobre, cada vez menos informado, pasa a ser sistemáticamente excluido de las nuevas relaciones de producción, trabajo y consumo. De la misma forma, se ve alejado de grande parte de los flujos culturales, políticos y simbólicos que se operan a través (o se relacionan) a las nuevas tecnologías.

Considerando la insuficiencia o incluso inexistencia de políticas de equipamiento tecnológico y de educación multimedia en los países en desarrollo resulta difícil vencer el analfabetismo tecnológico. Las nuevas tecnologías, a pesar del potencial democratizador, como Internet, tienen su desarrollo y difusión orientadas a las reglas del mercado o a las políticas que privilegian la obtención de ganancias, sin diferenciar los factores geográficos y las variantes sociales. Es importante subrayar, que menos del 7% de las personas de los países subdesarrollados poseen o tienen acceso a Internet, el 10% tiene correo electrónico, en menos de 5% de los hogares hay ordenador y menos del 1% está conectado a la red. En África, el parque de ordenadores representa el 0,1% del mundial, en la mayoría de los países no llega a 10.000 el número de usuarios de Internet, donde hay 1,7 líneas telefónicas por cien habitantes (contra el 37 por 100 en Europa), siendo la conexión con la red prácticamente imposible fuera de las capitales. A ello hay que añadir que los ordenadores introducidos son obsoletos, y tanto los programas como las máquinas han supuesto una total dependencia tecnológica de los países ricos. En África del Sur, el país africano más bien "conectado", muchos hospitales y 75% de las escuelas no tienen línea telefónica. Entre los años 1986 y 1990, Zambia tuvo un éxodo de 7.000 profesores debido a los recortes presupuestarios del gobierno. Equipamiento es una necesidad, pero para la superación del analfabetismo tecnológico se requiere instituciones y personal calificado. Así la tendencia obra en favor de la concentración y de las políticas educativas desiguales que generan más exclusión y diferenciación social (PNUD, 1999; Sánchez, 1999; 82-83).

Comparando las diferentes condiciones de acceso a las nuevas tecnologías de comunicación - en especial, a la red - que tienen los ciudadanos de los países más ricos y los de los países más pobres, notamos el nivel de la exclusión tecnológica que castiga a estos últimos. La desigualdad es de tal magnitud que se puede decir incluso que el desarrollo de un sistema de comunicación instantáneo, desterritorializado y potencialmente tan poderoso como Internet pasa a constituir en una de las formas más de exclusión de las periferias pobres y de las poblaciones marginadas. El acceso a la red no depende únicamente y directamente del volumen de ingresos del individuo, sino también de la infraestructura local ofrecida, de un sistema telefónico eficiente, de acceso a equipamiento informático e incluso de la disponibilidad y capacidad de comunicación local con los satélites. Por eso mismo es difícil de hablar de la expansión de Internet en países donde la mayor parte de la población no tiene todavía acceso a energía eléctrica y cuya población está constituida mayoritariamente por individuos analfabetos o semianalfabetos. Si vislumbramos el desarrollo de la red desde este aspecto, notamos que Internet, en su globalización virtual, no encuentra correspondencia en el mundo real como tal, constituyéndose en verdad más como una proyección de las desigualdades del mundo real, con sus abismales disparidades económicas y sociales.

De acuerdo con lo que se observa (1) en el cuadro 1 (anexo), la expansión de red hacia la integración de los países pobres es un objetivo todavía muy lejano para ser alcanzado, una vez que el camino para llegar a la vanguardia tecnológica, exige acceso a los medios materiales y a la adquisición de conocimientos técnicos. Esos datos pueden ser interpretados como resultado final o una síntesis de esa disforme y contradictoria cadena de un desarrollo desigual - global - en la sociedad contemporánea. Pasada ya casi una década del inicio de su proceso de popularización, todavía en muchos países ni siquiera órganos del gobierno poseen un sitio en la red. Del mismo modo, el acceso privado se limita a los terminales de las universidades e instituciones que lo disponen.

Tratándose de los aspectos simbólicos e ideológicos, el gran desafío de la globalización consiste, sin duda, en superar el carácter lúdico de las transformaciones que la acompañan, bajo el cual se abriga todas las contradicciones y asimetrías del proceso. Esta compleja dinámica, que tiene su eje centrado en la perspectiva de los intereses del mercado y del Norte industrializado, oscurece al ciudadano medio, desde su entorno local, la comprensión de lo que ocurre en el mundo real. La expresión mediática y las nuevas formas de comunicación son, tal vez, algunos de los componentes más extraordinarios de los cambios observados en los últimos años. Al mismo tiempo que éstos revolucionan en las formas de interacción humana, y cumplen el papel de vectores de distintos cambios en la cultura, valores y nociones de pertenencimientos, hacen de la visión de las tensiones e incertidumbres del mundo concreto algo opaco, distante, aceptable.

La Hipercomplejidad Del Mundo Globalizado

Desde la perspectiva epistemológica, lo más relevante de la globalización es que por su carácter omnicomprensivo maximiza las interdependencias, generando el sistema social más complejo hasta hoy conocido. Comprender el mundo a que esto da lugar requiere, ante todo, poner de manifiesto los procesos propios de los sistemas complejos. Hoy sabemos, con base en las teorías de la complejidad, que esos procesos se caracterizan por tener propiedades cualitativas peculiares como unas relaciones no lineales, una dinámica caótica, una organización autógena, un desarrollo fractal, una delimitación borrosa. (Pueden verse las principales referencias bibliográficas sobre dichas teorías en Munné, 1995 y 2005).

El concepto de no linealidad, epistemológicamente considerado, es clave para entender el comportamiento de un sistema complejo. Se refiere a que en tal sistema hay relaciones causales no proporcionales. Es lo que ocurre con el genoma, ya que una relativamente pequeña diferencia en el mismo genera una rata o un humano. El tamaño del genoma de un ratón (mus musculus) es de unos 2.500 millones de pares de letras químicas, sólo un 14 por 100 menos que el ser humano y de los aproximadamente 30.000 genes codificadores de proteínas, en uno y otro caso, nada menos que el 99 por 100 son compartidos. Con los chimpancés, nuestra diferenciación genómica es sólo de un 4 por 100.

El proceso de globalización no puede ser entendido si se le limita a una sucesión lineal de causas y efectos. Es no lineal. Digamos que la globalización hay que “leerla” como un inmenso hipertexto, producto de múltiples e incesantes procedencias y destinos en constante interacción. Por esto ha podido afirmarse que, para comprenderla e intervenir en ella, ya no sirven los modelos de predecibilidad pendular sino que se requiere un modelo no lineal y más específicamente caótico (Tractenberg, 1999).

Antes de referirme a lo caótico, conviene recordar que los procesos no lineales sólo son predecibles (y no siempre) a muy corto plazo, lo cual no impide que sean en cierto modo previsibles. Por esto, en el enfoque de la complejidad es fundamental diferenciar la predicción, que se hace en términos cuantitativos de probabilidad, de la previsión, que se basa en datos cualitativos de posibilidad (Munné, 2007). Por otra parte, un contexto lineal o no lineal muestra realidades distintas: en aquél, la incertidumbre es desconocimiento que emana de la información faltante, mientras que en éste pasa a ser fuente de conocimiento en tanto que emana de la información emergente.

¿Por qué comprender la globalización requiere un modelo con una dinámica caótica? Por caos se entiende aquí el comportamiento de un sistema hipersensible a las variaciones, por pequeñas que estas sean. Un sistema así implica una paradoja: es determinista, dado que puede ser formulado por un sistema de ecuaciones diferenciales no lineales (si es matematizable), pero es indeterminista porque tiene varios resultados posibles o sea que a priori es impredecible el resultado final. Expresado en términos de desarrollo, el tiempo o la historia del sistema tiene una flecha, pero la ruta de la misma no puede saberse con antelación, ya que resulta de bifurcaciones sucesivas (Prigogine, 1997a). Y se sabe desde hace años (May, 1976), que éstas constituyen la ruta que conduce al caos, a través de un proceso denominado duplicación de períodos.

La paradoja citada significa que en el caos subyace un patrón de conducta (representable gráficamente, en los sistemas matematizables, por los llamados atractores extraños), patrón que no sólo no impide la libertad de acción del sistema sino que la hace posible, debido a la no linealidad del sistema. La dinámica caótica se ha comprobado en campos tan diversos como la meteorología, la genética de las poblaciones, la arqueología, la economía, la medicina, la psicología… Y es “visible”, por ejemplo, en los electrocardiogramas y electroencefalogramas comparando los atractores extraños en los estados de salud y enfermedad, o los de vigilia y sueño, en los sujetos observados (Goldberger, Rigney y West, 1990; Bybloyantz, 1988; etc.). Epistemológicamente, el sentido de esa dinámica es que no se está ante un desorden sino al revés, ante la génesis de un orden (Munné, 1994) mediante procesos autoorganizativos.

El mundo globalizado potencia las dinámicas caóticas y con ello los procesos de autoorganización en el comportamiento humano. Para huir de ejemplos conocidos sirvan de ilustración, con referencia a la vida cotidiana, la proliferación de rotondas en el tráfico de vehículos, el triunfo del autoservicio en la compra y consumo de bienes o éxito de los cajeros automáticos en las operaciones bancarias usuales. En relación con la realidad virtual, hay casos ejemplares: Visa Internacional, la conocida macroorganización de servicios de pago electrónico o sea con dinero virtual, se inspira en la teoría del caos (Hock, 2001), lo que ha dado lugar a una filosofía empresarial llamada “pensamiento caórdico” (neologismo derivado de caos y orden). Su versatilidad le ha permitido una rapidísima expansión mundial, desplazando a su veterana competidora (American Express), que aplica los principios tradicionales de organización. Otra empresa “caótica” es Google: Eric Schmidt, Consejero Delegado de este imprescindible agente globalizador para la búsqueda instantánea de información en la selva de la Red, explica que su empresa ha sido “diseñada para ser más bien caótica; tratamos de construir una cultura que nos permita la creatividad y la experimentación“, porque “no puedes tener orden y creatividad al ciento por ciento: si eres todo creatividad, no tienes empresa, y si eres todo orden, no haces nada nuevo” (Schmidt, 2006, 13). En cuanto a Internet como red virtual de información, conocimiento y comunicación a escala planetaria, creadora del ciberespacio, tiende fuertemente al auto organización.

Una sociedad totalizada se basa en la repetición, el mimetismo y la clonación, y tiende a cristalizarse. En cambio, una sociedad globalizada fractaliza el sistema social. Los procesos fractales, epistemológicamente considerados, consisten en una iteración creadora: generados por reglas o patrones producen fenómenos auto semejante, en diferentes escalas del tiempo y el espacio. Auto semejante implica que son endógenos y que lo producido es a la vez igual y diferente del productor. Dos ejemplos, en la naturaleza, son el brócoli romanesco (brassica oleracea botrytis) y el sistema nervioso animal. En lo cultural, serían las distintas formas locales de monoteísmo o de democracia. Referida a la globalización, la fractalidad implica que aquélla se expande irregularmente y se desarrolla por auto semejanza escalar.

La globalización genera procesos ambivalentes y situaciones ambiguas, inabordables desde la polarización y el radicalismo. Hay una esfumación (licuación, diría Bauman) de las relaciones familiares básicas (matrimonio), de las relaciones productivas o laborales (trabajo flexible o en casa), de los derechos de autor (copyleft), de los mass media (Internet), de las relaciones “internacionales”, del arte, de la guerra y el terror, etc. Y cada intersticio alberga la complejidad.



Anexo Cuadro 1

Líneas Telefónicas y Ordenadores Personales ("PCs") por 1000 Habitantes países seleccionados (líneas y ordenadores, año base: 1996-8/ dominios (3) registrados: base julio/2000)

País Líneas tel. p/ 1000 hab. (2) PCs p/ 1000 hab. Dominios en la red

EEUU 661 459 2.251.445

Canadá 634 330 1.814.505

Francia 570 208 983.450

Alemania 567 305 1.916.512

Reino Unido 556 263 2.080.906

Finlandia 554 349 703.958

Australia 512 412 1.311.492

Japón 503 231 3.413.281

Italia 451 173 1.574.380

España 414 145 538.540

Fed. Rusa 197 41 260.373

Brasil 121 30 662.910

México 104 47 495.747

China 70 9 71.769

Marruecos 54 3 951

Filipinas 37 15 16.694

Indonesia 27 8 21.144

India 22 3 32.991

Paquistán 19 4 5.487

Sudan 6 2 0

Guinea 5 3 1

Uganda 3 1 159

Globalización e Imperativo Ëético 

La ofensiva contra los derechos y conquistas sociales y económicas del Estado de bienestar ha sido general y en todos los frentes. Como consecuencia en el umbral del III milenio cada uno puede constatar que la incertidumbre ha llegado a ser la única certidumbre» (Ramonet, p. 17). Nadie acierta a anticipar como será su futuro porque en su presente todo lo que ve es que está perdiendo lo poco o mucho que había llegado a ganar. Los países desarrollados,

El club de los países ricos en la sociedad mundial, son ahora más ricos y concentran una porción mayor del ingreso mundial que antes, y sin embargo es allí donde ahora presenciamos los movimientos de oposición más poderosos y bien organizados contra la globalización y las instituciones financieras internacionales. «Las sociedades occidentales no se ven más claramente en el espejo del futuro; parecen atormentadas por el desempleo, ganadas por la incertidumbre, intimidadas por el choque de las nuevas tecnologías, perturbadas por la mundialización de la economía, preocupadas por la degradación del medio ambiente y fuertemente desmoralizadas por una corrupción galopante» (Ramonet, p. 15).

En América Latina, la región del mundo donde se fue más lejos en la aplicación de las reformas neoliberales, ha quedado atrás el optimismo con que los gobiernos saludaron hace 15 años el Consenso de Washington, decálogo de tales reformas. Como lo admiten la CEPAL y el BID, la prometida estabilidad dista mucho de haberse conseguido y en vez de ello constatan ahora que la inestabilidad no solo sigue siendo una dolencia crónica latinoamericana sino que tiene consecuencias aún más graves. El desarrollo prometido que se asociaba a la liberalización y el Estado mínimo se contrasta ahora con hechos lacerantes como que de seis regiones del mundo por su nivel de ingreso medio, América Latina en 2000 solo aventajaba a África, cuando en la década de 1950 se colocaba en segundo lugar después de los países desarrollados. Se depositaron todas las esperanzas en el arribo liberalizado del capital extranjero, pero aunque en los últimos 15 años se ha recibido tres veces más inversión

Extranjera que en la década de 1970, se ha crecido apenas a un ritmo anual equivalente a 50%, aproximadamente, de la tasa de crecimiento promedio en las tres décadas de desarrollo con intervención del Estado.


Globalización Cultural 

 

El fenómeno complejo que designamos como globalización tiene repercusiones en multitud de campos, pero quizá en el cultural los efectos son más evidentes a corto plazo y la valoración sobre los mismos es más dispar.

En efecto, en principio parece positivo que en todas partes del planeta podamos tener acceso a los fenómenos culturales que se producen en cualquier zona geográfica: podemos asistir a las mismas representaciones teatrales que en Nueva York, en Londres o en Tokio. Al mismo tiempo podemos tener noticia de las diferentes músicas del mundo así como de los distintos pensamientos que se están produciendo en la aldea global. Se trata, pues, de una situación inédita en la historia de la Humanidad que posibilita un intercambio enriquecedor entre los seres humanos y las diferentes culturas. En este sentido la presencia física de los portadores de otras culturas en nuestras sociedades está aportando un indudable enriquecimiento de las nuestras propias a través del mestizaje.

Pero a pesar de posibilidades de enriquecimiento cultural, la realidad nos muestra que, aunque de un modo marginal el mestizaje se hace presente en nuestras sociedades, nuestras ciudades cada vez se parecen más unas a otras, nuestras pautas de ocio son también iguales, nuestros hábitos alimenticios y nuestra forma de vestir siguen la misma pauta, con una preponderancia alarmante del modo de vida americano que amenaza con convertirse en el único modo de vida planetario.

Por otra parte, la presencia de los inmigrantes en las sociedades más avanzadas plantea problemas de difícil solución: no sólo desde el punto de vista de su situación socioeconómica sino también desde el punto de vista de la convivencia y límites de la misma respecto a los valores fundamentales consagrados en nuestras constituciones. Es decir, hasta dónde debe llegar el respeto a las identidades culturales cuando éstas chocan con nuestros valores básicos, los derechos humanos, como sucede, por ejemplo, con la posición que algunas de estas culturas otorgan a la mujer, a la obediencia religiosa o al papel del individuo en la familia.

Asimismo, la disponibilidad de información es hoy prácticamente ilimitada en cualquier punto del planeta merced a la presencia ubicua de las nuevas tecnología y fundamentalmente de Internet, lo que indudablemente tiene un efecto positivo para la circulación de las ideas, pero también hay que poner de manifiesto que los medios de comunicación de masas reflejan los mismos contenidos en todo el mundo, con la consiguiente reducción del pluralismo y la posibilidad de una manipulación de la opinión pública como no se ha conocido hasta el momento: recibimos la información que los grandes grupos de comunicación quieren que recibamos, con todos los aditamentos ideológicos que consideren conveniente para sus intereses.



CONCLUSION

El proceso de globalización produce importantes cambios en la geografía de la producción, no sólo manufacturera, sino en su acepción más amplia, incluyendo actividades como la agricultura y el turismo. La libre circulación del capital en nuevos espacios ampliados de comercio y los procesos de reconversión a los que se ven empujados los territorios, sumados a las innovaciones tecnológicas, generan nuevos mapas productivos, con sus inevitables balances de pérdidas y ganancias.

Las nuevas actividades en nuevos espacios abren posibilidades ciertas de generar procesos de crecimiento local, los cuales pueden servir de base y entorno para procesos más complejos de desarrollo local endógeno. Que los procesos de crecimiento se asimilen o no a los modelos comentados —distritos industriales, concentración geográfica de empresas, cambio endógeno—dependerá de la calidad de la respuesta local, influenciada a su vez por la catálisis que los sistemas locales de investigación y desarrollo, principalmente las universidades, puedan introducir en el medio local.

Ante esta realidad, los países menos desarrollados deben concentrar todos sus esfuerzos en buscar la manera de aprovechar eficientemente las ventajas que pueda ofrecer la actual división internacional del trabajo, especialmente aquellas relacionadas con las nuevas tecnologías que, pese a estar controladas por los centros desarrollados de producción de conocimiento, es posible adoptarlas y/o adaptarlas a las condiciones regionales y locales concretas. Esto requiere de una verdadera reingeniería de la estructura mental parasitaria de nuestra intelectualidad, acostumbrada a consumir, sin mayor elaboración, conocimientos producidos en y para otros entornos.





REFERENCIAS BIBLIOGRAFICA



Arias, F. G. (1999). El proyecto de Investigación. (4ta Ed.). Caracas: Editorial Espíteme.

Sánchez (1999). Dominación Comunicativa del Tercer Mundo y Sensibilización para la Soliedariedad, in La Globalización y sus Excluidos, Foro Ignacio Ellacuría (orgs.), ed. Verbo Divino, Estella (Navarra), pp. 73-94.

Guevara, (2006) Globalización, cultura y complejidad, miradas desde un nodo periférico. Globalización, Revista Mensual de Economía, Sociedad y Cultura, abril. http://www.rcci.net/globalizacion/2004/fg451.htm

Bauman, (1999).La globalización, consecuencias humanas, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires.

Delgado, (2006) Globalización y desarrollo. Libros Eumed (http://www.eumed.net/libros/2006a/mdll/5.htm







sábado, 11 de febrero de 2012

X JORNADA DE INVESTIGACIÓN


INVITACIÓN DE LA REVISTA ARBITRADA DIGITAL INVESTIGACIONES INTERACTIVAS COBAIND A PUBLICAR ARTÍCULOS


La revista Arbitrada Digital INVESTIGACIONES INTERACTIVAS COBAIND del Consejo Barinés de Investigación y Desarrollo, te invita a publicar artículos, ensayos, avances de investigación, resultados de investigación, reseñas, para su Volumen II N° 6, que aparecerá en el MES DE MAYO. La fecha de envío es hasta el 30 de MARZO 2012.
El Comité Editorial considerará para su publicación aquellos trabajos que cumplan con las normas de la revista establecidas por el Comité Editorial, que aparecen enhttp://issuu.com/cobaind (Se anexan).
Los trabajos deben enviarse al correo electrónico cobaindbarinas@gmail.com en digital.
Número de celular: 04165020432.
ESPERAMOS POR TUS TRABAJOS...!!!!

lunes, 28 de febrero de 2011

INFORMACION INTERESANTE


Estimados(as) amigos(as):

A quienes estén interesados en continuar con el desarrollo del Pensamiento Complejo, como uno de sus pilares para las bases teóricas, les recomiendo la lectura del libro: MANUAL DE INICIACIÓN PEDAGÓGICA AL PENSAMIENTO COMPLEJO

El cual conseguirán en la dirección adjunta:

https://docs.google.com/viewer?a=v&pid=explorer&chrome=true&srcid=0B1NhNVdGDxk0NGFkYjc3MDUtY2Y3OS00NjMxLWI0NjYtOTI2MWEyOTc0Yzg0&hl=es

El contenido del mismo esta formado por:

PRIMERA PARTE

UN MARCO PARA LA COMPLEJIDAD

CAPÍTULO I

FUENTES, AUTORES Y CORRIENTES QUE TRABAJAN LA COMPLEJIDAD………..11

Juan Carlos Moreno

CAPÍTULO II

TRES TEORÍAS QUE DIERON ORIGEN AL PENSAMIENTO

COMPLEJO: SISTÉMICA, CIBERNÉTICA E INFORMACIÓN…………………….……..25

Juan Carlos Moreno

CAPÍTULO III

APROXIMACIONES A UN NUEVO PARADIGMA EN EL

PENSAMIENTO CIENTÍFICO……………………………………………………...………..38

Sergio Nestor OsoriO

SEGUNDA PARTE

COMPLEJIDAD PARADIGMÁTICA

CAPÍTULO I

AUTORES DE LA COMPLEJIDAD PARADIGMÁTICA Y VECINDADES

HOLISMO Y CONOCIMIENTO EN LA OBRA DE

FRANCISCO VARELA……………………………………………………...…………...…...61

Yuri Romero Picón

POR EL CAMINO DEL PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO DE

NIKLAS LUHMANN……………………………………………………...……………….....68

Yuri Romero Picón

JESÚS IBÁÑEZ: INVESTIGACIÓN SOCIAL, CIBERNETICA Y

UTOPÍA…………………………………...………………….………………………..…...….74

Javier Andrés Jiménez

MORIN, PENSADOR DE LA COMPLEJIDAD…………………………………...…………80

Nelson Vallejo-Gomez

LA CONSTRUCCIÓN DE UN CAMBIO DE PARADIGMA:

SÍNTESIS DE LA VIDA Y OBRA DE ALGUNOS PENSADORES……………..………….91

YURI ROMERO PICÓN

CAPÍTULO II

ARQUITECTURA TEÓRICA DE LA COMPLEJIDAD PARADIGMÁTICA

TRAYECTORIAS E INCURSIONES…………..…………………..……………………...…98

Raúl Gómez Marín

TRAYECTORIAS LÓGICAS DE LA COMPLEJIDAD…………..………………………….108

Raúl Gómez Marín

DE LOS PRINCIPIOS DEL PENSAMIENTO COMPLEJO…………..………………….….116

Raúl Gómez Marín - Javier Andrés Jiménez

CAPÍTULO III

SENTIDOS Y DERIVACIONES DE LA COMPLEJIDAD

COMPLEJIZACIÓN DE LA EPISTEMOLOGÍA Y

EPISTEMOLOGÍA COMPLEJA…………..…………………..…………………..………….121

Juan Carlos Moreno

MUY COMPLEJO, HIPERCOMPLEJO Y HUMANO…………..…………………..……….131

Sandra Liliana Londoño

LA ANTROPOPOLÍTICA DE EDGAR MORIN…………..…………………..……………..138

Sandra Liliana Londoño - Javier Andrés Jiménez

LA COMPLEJIDAD EN LAS CIENCIAS SOCIALES…………..…………………..………153

Luis Enrique Ruiz

SOCIOLOGÍA Y COMPLEJIDAD EN LA OBRA DE

EDGAR MORIN…………..…………………..…………………..…………………..……….158

JAVIER ANDRÉS JIMÉNEZ

TERCERA PARTE

ARTICULACIÓN DE LOS SABERES Y SU APLICACIÓN

CAPÍTULO I

COMPLEJIDAD Y SOCIEDAD

LAS COMUNIDADES DE APRENDIZAJE COMO ÁMBITOS DE CONSTRUCCIÓN DE

MUNDO…………..…………………..……………………………..…………………..….…165

Ernesto Lleras Manrique

CAPÍTULO II

COMPLEJIDAD Y EDUCACIÓN

LA FRANQUICIA COMO ESTRATEGIA PARA EL

MEJORAMIENTO DE LA CALIDAD EDUCATIVA..……………… ..………………..…..183

Marco Antonio Velilla M.

EDUCACIÓN SUPERIOR Y COMPLEJIDAD: APUNTES SOBRE

EL PRINCIPIO DE FLEXIBILIZACIÓN CURRICULAR..……………… ..………….….…201

SANDRA LILIANA LONDOÑO

PENSAMIENTO COMPLEJO PARA UNA EDUCACIÓN INTERDISCIPLINARIA..… ....209

Eduardo Domínguez Gómez

UN ENCUENTRO ENTRE EL PENSAMIENTO MORINIANO Y LA PEDAGOGÍA…..…221

Dora Inés Arroyave

AUTORES DE LOS TEXTOS..… ..… ..… ..… ..… ..… ..… ..… ..… ..… ..… ..… ..… ……248