jueves, 4 de octubre de 2012

Consideraciones sobre la Dimensión Ideológica de la Globalización, la Realidad Virtual y sus Contradicciones


Objetivo: Analizar las Transformaciones Organizacionales y Gerenciales en el Marco de la Sociedad de la Información.



PARTICIPANTES
                                                                   Gómez José Luis
                                     López Rafael
                                             Medina Kattiuska
                                             Meza Marcos
                                             Paredes Mayely



Barinas, Octubre 2012

Introducción

La globalización, independientemente de la manera como se la defina (reflexión) o confronte (acción), parece haber puesto en movimiento (redefiniendo, introduciendo o cancelando) las bases, los fundamentos mismos de cómo se entiende el desarrollo (la imagen) (Boisier, 2003), de cómo se explican las distintas trayectorias particulares (la experiencia) (continentales, nacionales, territoriales) y de cuáles son los ámbitos y actores colectivos que intervienen en la orientación de su devenir (la acción colectiva). Por consiguiente: el desarrollo es ante todo una idea, una representación, una imagen socialmente construida de un estado deseable. Su contenido cambia a lo largo del tiempo y del espacio; la experiencia concreta de colectividades específicas consideradas exitosas da lugar a la configuración de emblemas, de paradigmas, de puntos de referencia que interactúan y hacen interlocución permanente con la(s) idea(s) de desarrollo, modificándolas(s), redefiniéndola(s), o bien fundándola; el desarrollo como idea comporta la convicción de que la sociedad puede y debe intervenir, actuar en pro de su consecución a través de la acción colectiva: los sujetos colectivos de actuación y sus medios de intervención cambian con el tiempo y el lugar.

Según la Real Academia de la lengua Española (RAE) el significado de globalización es:

“Tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales.”

Lo que se busca con este trabajo es Analizar las Transformaciones organizacionales y gerenciales en el marco de la Sociedad de la información con respecto a las Consideraciones sobre la Dimensión Ideológica de la Globalización, la Realidad Virtual y sus Contradicciones

La Dimensión Ideológica de la Globalización 

La realidad virtual confeccionada por la dimensión ideológica de la globalización difiere notablemente de la realidad cotidiana. Ésta difunde la imagen de una creciente calidad de vida, transmitiendo valores y modos de comportamiento deseables, presenta un futuro optimista. La expresión lúdica del mundo en los medios de información ofrece, en una plasticidad irreal y torcida, un simulacro del Estado del bienestar, proyectado como la realidad supralocal, donde las contradicciones latentes de la aldea global son sustituidas por un universo de deseos factibles accesibles a cualquiera.

La proyección de ese bienestar alcanzable pasa a convertirse en una necesidad primordial de una sociedad ultra competitiva y desigual. Frente a las evidentes contradicciones, se vuelve ineludible para el mantenimiento de la cohesión y el consenso social la simulación de esta utopía (Braudillard, 1990).

Brunner (2002) escribe al respecto: “El gran riesgo es que realmente América Latina se quede excluida del orden global emergente de una economía basada en conocimientos, de la sociedad de la información, simplemente porque no hemos tenido la capacidad en uno de los sectores claves para la incorporación a ese nuevo orden, no solamente de hacer los cambios necesarios, sino de hacer los cambios con la velocidad necesaria”.

Porque en realidad hoy día ya no es un problema decir vamos a cambiar o no vamos a cambiar. Tal vez cambiar 10 años después de lo que era necesario ya no sirve; es una cosa muy dramática, pero en realidad, por primera vez ahora el mundo está conectado de tal manera que la velocidad de los procesos de cambio tiene una importancia esencial. Eso al final tiene un solo test, y es, si en las instituciones de Educación Superior, en cada una de las universidades uno ve o no, que hay el predominio de una dinámica de cambio por sobre una dinámica de conservación o de cerrazón corporativa o de temor frente a la sociedad” (citado en Medina, 2002).

La realidad cotidiana sólo se logra percibir por el ciudadano medio de una manera deformada, parcial y mutilada por los medios informativos, donde la desigualdad, la violencia, la alienación, la destrucción del individuo y su entorno, pasan a convertirse en escenas aisladas e inconexas (Fernández, 1996). Éste, muchas veces destituido de su sentido crítico, es incapaz de comprender lo que acontece.

La expansión simbólica e ideológica de la globalización se pasa significativamente a través de los mensajes que difunden los medios informativos - o los "mass media".

La excesiva concentración de los medios informativos en pocos grupos y conglomerados empresariales situados en los países desarrollados contribuyen para la propagación y diseminación de ese modo de pensar, vivir y patrones de consumo, haciendo con "que el Norte apareciese como el horizonte deseable para los ciudadanos del Tercer Mundo que están siendo constantemente bombardeados con mensajes masivos pensados desde y para los norte occidentales" (Sánchez, 1999: 84).

La producción cinematográfica es un claro ejemplo de la concentración comunicativa y de la expansión y predominancia del modo de pensar desde los Estados Unidos hacia los demás países. Hollywood alcanza hoy todos los mercados mundiales, abarcando actualmente más de la mitad de los mercados de otros países y continentes - en 1990 la proporción era de un 30%. Actualmente el cine estadounidense detenta 70% de los mercados europeos - contra un 56% en 1987 -, un 83% del mercado latinoamericano y 50% del japonés. En el sentido contrario, la participación de películas extranjeras en el mercado estadounidense es de solamente un 3% (PNUD, 1999). Cabe decir que en la manos de relativamente pocos grupos de la media comunicativa se encuentra un poder de mercado de más de 26 mil millones de pesetas (Hachmeister y Rager, 1997). Según datos de la UNESCO en 1990, de las 300 empresas más importantes de información y comunicación, 144 eran norteamericanas, 80 de la Unión Europea y 49 japonesas. De las 75 primeras empresas de prensa, 39 eran norteamericanas, 25 europeas y 8 japonesas.

La homogeneización de la cultura, aun que esté muy lejos de acontecer, es un fenómeno que se lastra junto a los constantes avances y desarrollo de los sistemas de comunicación. Los sistemas de información en los últimos años se desarrollaron incluso más rápido que la economía, creando un largo medio para estandarización de los hábitos de consumo y formación de nuevas instituciones y valores culturales.

La expansión de los modernos medios de comunicación, como la Internet y las transmisiones de televisivas vía satélite, traen en una proporción muy desigual los ideales, opiniones y valores del Norte para el Sur, de que en el sentido contrario. Esto causa graduales y profundas transformaciones en sus receptores, conforme afirma Sánchez:

"Aunque no conviene dejarse llevar por generalizaciones en lo que se refiere a los influjos de los medios, tampoco conviene olvidar que son los medios de masas los que crean el marco general para todos los procesos comunicativos de la sociedad en general. Su peso se hace sentir en un aspecto amplio de realidades.

Los ámbitos de preocupación o temas que hay que tener en cuenta, los hábitos de consumo y tiempo libre, la información y el conocimiento acerca del mundo, los saberes prácticos, la socialización de valores, normas, actitudes y opiniones, la vertebración social y la creación de corrientes de opinión, la percepción de afectos, sentimientos y emociones, el comportamiento, las relaciones sociales y familiares, la satisfacción de necesidades y deseos, el gusto y la educación estética, la creación de cosmovisiones, etc." (1999: 145).

Ese contacto con la civilización occidental se produce frecuentemente en conexión directa con la substitución o disolución de los marcos tradicionales de vida con modelos culturales y de comportamiento. El carácter de dominación ideológica es innegable, sobre todo si se tiene en cuenta que los medios de comunicación han sustituido gradualmente a las instancias socializadoras tradicionales, concentrando un poder tal que le permite establecer valores, formas de conducta, universos simbólicos.

Featherstone (1997: 89-90) destaca que con el actual poder de los medios comunicativos, se puede hablar ya que está en formación algo que se puede llamar de "opinión pública global". Esto, según él, se volvió evidente durante el desarrollo de las luchas por la independencia en el interior de la Unión Soviética, así como en la crisis y la guerra del Golfo. Estos tipos de acontecimientos, desde su punto de vista, envuelven apelaciones "a nociones de humanismo y conduce a la imposición de reglas de comportamiento, dentro y fuera del Estado que, una vez contestadas, refuerzan la idea de la existencia de un palco mundial y de que el mundo está a tornarse un lugar único".

Dimensiones que puede adoptar la Globalización.

¿Qué dimensiones puede adoptar la Globalización?

Pueden apreciarse variadas dimensiones, pero se hará referencia a solo 10 de ellas.

Si bien es cierto que la dimensión neoliberal, es la más arraigada al mundo actual, esta no es la única manera de manifestarse;

La Globalización puede apreciarse en diferentes dimensiones o formas como por ejemplo.

1- Neoliberal.

2- Política e ideológica.

3- Social.

4- Solidaridad.

5- Cultural.

6- Financiera.

7- Tecnológica.

8- Injusta.

9- Mercado.

10- Información.

Breve Análisis De Cada Una De Estas Formas.

1. Neoliberal. Responde a una nueva forma del liberalismo; es sinónimo de capitalismo salvaje, donde los procesos de privatización se imponen a todo costo social y las leyes ciegas del mercado contradicen las normas elementales de equidad, los desequilibrios socioeconómicos a nivel local y regional unido a las desproporciones del ingreso constituyen el resultado más fehaciente de sus estrategias de desarrollo. La receta inmortal de esta corriente se aprecia al reducir significativamente el papel del estado en la sociedad, el que se ve como portador de la ineficiencia de la economía a gran escala.

Al referirnos a los orígenes de la Globalización mencionamos tres impulsos claves; precisamente el tercer impulso fue favorecido por la crisis del sistema capitalista con una mayor desregulación de los mercados y una flexibilización del modo de producción capitalistas dando inicio así, a los ensayos neoliberales que hoy demuestran su inaplicabilidad en América Latina. Esto se corrobora con la tendencia actual de las fuerzas autóctonas en las luchas sociales comprometidas con la soberanía y la integración regional; la insatisfacción social, presente en las guerrillas de Colombia y Chiapas, en los levantamientos insurreccionales que depusieron a once presidentes en cinco años y en las crecientes protestas en las calles. Todo esto se une a la victoria de candidatos de la izquierda - como Chávez, Lula, Kirchner, Tabaré y Morales, con posibilidades de ampliar el espectro político del hemisferio occidental a niveles no previsibles por el imperio.

2. Política e ideológica. Está asociada a un nuevo reordenamiento geopolítico que tuvo lugar en los primeros años de la década de los noventa y se encuentra indisolublemente ligada a la caída de muros y bloques, se manifiesta en una tendencia polarizada de la ideología burguesa contemporánea presentándose como perfecta y universal ante cualquier manifestación de progreso social, sustentada en la progresiva construcción de jerarquías, dominios y las más sofisticadas regulaciones globales del mundo actual.

3. Social: La piedra angular de una Globalización más justa está en la satisfacción de las necesidades básicas del hombre y sus demandas, mediante el incremento de las opciones de vida, el respeto a sus derechos y su identidad cultural, implicando cada vez más a las comunidades locales con mayor equidad e igualdad de género.

La dimensión social es capaz de hacer sobrevivir al hombre de condiciones insostenibles; es una dimensión humana y justa. Si bien es cierto que esta forma de Globalización ha resistido incuestionables embates y alguno que otro revés, motivado en algunos casos por direcciones irresponsables o conductores incompetentes y en otros, por la búsqueda de su propio perfeccionamiento, también es cierto que muchas ideas justas se han materializado a través de la solidaridad y la valentía de muchos pueblos del mundo.

4. Solidaridad. A modo de ejemplo podría mencionarse el caso cubano, que a partir de 1990 y durante 15 años de crisis de la economía cubana, muchos pueblos del mundo incluyendo el de los Estados Unidos ha puesto de manifiesto la solidaridad a través de su ayuda desinteresada y humana; Cuba, país pequeño y bloqueado económicamente a un costo de más de 82 000 millones de dólares en reiteradas ocasiones después del 1ro de Enero de 1959 ha dado muestras fehaciente de solidaridad con muchos pueblos, incluso en medio de circunstancias muy difíciles, podríamos mencionar múltiples ejemplos de ayuda médica a países de todos los continentes.

Hoy emergen ejemplos elocuentes de solidaridad entre países del sur y se desarrollan iniciativas de integración sobre bases nuevas como se puede apreciar en la Alternativa Bolivariana para la América (ALBA). Esta dimensión pone de manifiesto la razón ante la fuerza, la verdad ante las difamaciones y da prueba del honor, la valentía y la dignidad de los pueblos. En tal sentido se deberá promover y estimular la Globalización con reglas y rostro humano sobre bases de un intercambio comercial justo y solidario, pues de no ser así se crearían las bases de un espacio donde reinaría el caos para la mayoría del planeta.

5. Cultural. Esta pretende imponer un modelo cultural a los países independientemente de su identidad; es el caso de los Estados Unidos al imponer su cultura pop y la dominación de Hollywood en el negocio del cine y la televisión mundial. En tal sentido Estados Unidos acapara el mercado internacional musical, cinematográfico, televisado y escrito y fomenta aspectos de su cultura en detrimento de otras culturas nacionales. Esta dimensión como dijera Fidel Castro “es la agresión a nuestras identidades nacionales, la agresión despiadada a nuestras culturas, como jamás ha ocurrido en la historia, la tendencia hacia una monocultura universal ¿Se puede concebir un mundo semejante? No se trata de un mundo que combine la riqueza y la cultura de muchos países, sino de un orden mundial que, por definición, destruye la cultura, una Globalización que destruye inexorablemente la cultura. ¿Qué es patria, sino una cultura propia? ¿Qué es identidad nacional, sino cultura propia? ¿Puede haber riqueza espiritual mayor que esa cultura propia creada durante milenios por el hombre, y que sean sencillamente barridas nuestras costumbres, implacablemente barridas? Hay que estar conscientes de eso porque la batalla de ideas y de conceptos será grande”2. En tal sentido se aspiraba, a que el desarrollo de la cultura universal, fuera condición indispensable para el desarrollo de las culturas de cada país, y en realidad, esto no es lo que ocurre en el mundo de hoy, ni promete ser lo que se hará en el futuro. Marx y Engels en el Manifiesto Comunista apuntan “La cultura, cuya pérdida deplora, no es para la inmensa mayoría de los hombres más que el adiestramiento que los transforma en máquinas”3 Estos aspectos muestran la verdadera esencia del capitalismo, con relación al desarrollo cultural de la humanidad. Cuba, desde la descolonización y el antiimperialismo que ha caracterizado al país, hasta la transformación cultural que ha tenido lugar producto de la gran revolución educacional emprendida en 1959, está en mejores condiciones que cualquier otro país para desarrollar una cultura verdaderamente autóctona que se anteponga al modelo cultural que se quiere imponer por el imperio.

Hoy la acelerada Globalización está sustituyendo la cultura de la alimentación de productos tradicionales por los de una comercialización estandarizada, lo que hace que se pierdan los hábitos tradicionales de alimentación.

Nuevas Formas de la Interactividad - La Exclusión Virtual 

Los avances de las tecnologías de información y comunicación desarrollaron nuevas formas de interacción humana, que propician la emancipación territorial y la proyección hasta un mundo virtual, donde las nociones de cultura, pertenencimientos y clases son reemplazados continuamente, tornándose más mutables e indistintas (Loader: 1997, Lyon: 1997). Actualmente, el individuo está no solamente sujeto a un creciente torbellino de informaciones, que consciente o inconscientemente condicionan la (re)formulación e incorporación constantes de nuevos valores y hábitos, como también la Interactividad del mismo ciudadano con ese sistema pasa a ser la condición para la inclusión en las nuevas relaciones de producción que se producen en ese contexto.

La imposibilidad de acceso de grandes conjuntos de individuos a este inmenso proceso de desarrollo tecnológico, científico y comunicacional genera lo que se puede llamar analfabetismo tecnológico. El individuo pobre, cada vez menos informado, pasa a ser sistemáticamente excluido de las nuevas relaciones de producción, trabajo y consumo. De la misma forma, se ve alejado de grande parte de los flujos culturales, políticos y simbólicos que se operan a través (o se relacionan) a las nuevas tecnologías.

Considerando la insuficiencia o incluso inexistencia de políticas de equipamiento tecnológico y de educación multimedia en los países en desarrollo resulta difícil vencer el analfabetismo tecnológico. Las nuevas tecnologías, a pesar del potencial democratizador, como Internet, tienen su desarrollo y difusión orientadas a las reglas del mercado o a las políticas que privilegian la obtención de ganancias, sin diferenciar los factores geográficos y las variantes sociales. Es importante subrayar, que menos del 7% de las personas de los países subdesarrollados poseen o tienen acceso a Internet, el 10% tiene correo electrónico, en menos de 5% de los hogares hay ordenador y menos del 1% está conectado a la red. En África, el parque de ordenadores representa el 0,1% del mundial, en la mayoría de los países no llega a 10.000 el número de usuarios de Internet, donde hay 1,7 líneas telefónicas por cien habitantes (contra el 37 por 100 en Europa), siendo la conexión con la red prácticamente imposible fuera de las capitales. A ello hay que añadir que los ordenadores introducidos son obsoletos, y tanto los programas como las máquinas han supuesto una total dependencia tecnológica de los países ricos. En África del Sur, el país africano más bien "conectado", muchos hospitales y 75% de las escuelas no tienen línea telefónica. Entre los años 1986 y 1990, Zambia tuvo un éxodo de 7.000 profesores debido a los recortes presupuestarios del gobierno. Equipamiento es una necesidad, pero para la superación del analfabetismo tecnológico se requiere instituciones y personal calificado. Así la tendencia obra en favor de la concentración y de las políticas educativas desiguales que generan más exclusión y diferenciación social (PNUD, 1999; Sánchez, 1999; 82-83).

Comparando las diferentes condiciones de acceso a las nuevas tecnologías de comunicación - en especial, a la red - que tienen los ciudadanos de los países más ricos y los de los países más pobres, notamos el nivel de la exclusión tecnológica que castiga a estos últimos. La desigualdad es de tal magnitud que se puede decir incluso que el desarrollo de un sistema de comunicación instantáneo, desterritorializado y potencialmente tan poderoso como Internet pasa a constituir en una de las formas más de exclusión de las periferias pobres y de las poblaciones marginadas. El acceso a la red no depende únicamente y directamente del volumen de ingresos del individuo, sino también de la infraestructura local ofrecida, de un sistema telefónico eficiente, de acceso a equipamiento informático e incluso de la disponibilidad y capacidad de comunicación local con los satélites. Por eso mismo es difícil de hablar de la expansión de Internet en países donde la mayor parte de la población no tiene todavía acceso a energía eléctrica y cuya población está constituida mayoritariamente por individuos analfabetos o semianalfabetos. Si vislumbramos el desarrollo de la red desde este aspecto, notamos que Internet, en su globalización virtual, no encuentra correspondencia en el mundo real como tal, constituyéndose en verdad más como una proyección de las desigualdades del mundo real, con sus abismales disparidades económicas y sociales.

De acuerdo con lo que se observa (1) en el cuadro 1 (anexo), la expansión de red hacia la integración de los países pobres es un objetivo todavía muy lejano para ser alcanzado, una vez que el camino para llegar a la vanguardia tecnológica, exige acceso a los medios materiales y a la adquisición de conocimientos técnicos. Esos datos pueden ser interpretados como resultado final o una síntesis de esa disforme y contradictoria cadena de un desarrollo desigual - global - en la sociedad contemporánea. Pasada ya casi una década del inicio de su proceso de popularización, todavía en muchos países ni siquiera órganos del gobierno poseen un sitio en la red. Del mismo modo, el acceso privado se limita a los terminales de las universidades e instituciones que lo disponen.

Tratándose de los aspectos simbólicos e ideológicos, el gran desafío de la globalización consiste, sin duda, en superar el carácter lúdico de las transformaciones que la acompañan, bajo el cual se abriga todas las contradicciones y asimetrías del proceso. Esta compleja dinámica, que tiene su eje centrado en la perspectiva de los intereses del mercado y del Norte industrializado, oscurece al ciudadano medio, desde su entorno local, la comprensión de lo que ocurre en el mundo real. La expresión mediática y las nuevas formas de comunicación son, tal vez, algunos de los componentes más extraordinarios de los cambios observados en los últimos años. Al mismo tiempo que éstos revolucionan en las formas de interacción humana, y cumplen el papel de vectores de distintos cambios en la cultura, valores y nociones de pertenencimientos, hacen de la visión de las tensiones e incertidumbres del mundo concreto algo opaco, distante, aceptable.

La Hipercomplejidad Del Mundo Globalizado

Desde la perspectiva epistemológica, lo más relevante de la globalización es que por su carácter omnicomprensivo maximiza las interdependencias, generando el sistema social más complejo hasta hoy conocido. Comprender el mundo a que esto da lugar requiere, ante todo, poner de manifiesto los procesos propios de los sistemas complejos. Hoy sabemos, con base en las teorías de la complejidad, que esos procesos se caracterizan por tener propiedades cualitativas peculiares como unas relaciones no lineales, una dinámica caótica, una organización autógena, un desarrollo fractal, una delimitación borrosa. (Pueden verse las principales referencias bibliográficas sobre dichas teorías en Munné, 1995 y 2005).

El concepto de no linealidad, epistemológicamente considerado, es clave para entender el comportamiento de un sistema complejo. Se refiere a que en tal sistema hay relaciones causales no proporcionales. Es lo que ocurre con el genoma, ya que una relativamente pequeña diferencia en el mismo genera una rata o un humano. El tamaño del genoma de un ratón (mus musculus) es de unos 2.500 millones de pares de letras químicas, sólo un 14 por 100 menos que el ser humano y de los aproximadamente 30.000 genes codificadores de proteínas, en uno y otro caso, nada menos que el 99 por 100 son compartidos. Con los chimpancés, nuestra diferenciación genómica es sólo de un 4 por 100.

El proceso de globalización no puede ser entendido si se le limita a una sucesión lineal de causas y efectos. Es no lineal. Digamos que la globalización hay que “leerla” como un inmenso hipertexto, producto de múltiples e incesantes procedencias y destinos en constante interacción. Por esto ha podido afirmarse que, para comprenderla e intervenir en ella, ya no sirven los modelos de predecibilidad pendular sino que se requiere un modelo no lineal y más específicamente caótico (Tractenberg, 1999).

Antes de referirme a lo caótico, conviene recordar que los procesos no lineales sólo son predecibles (y no siempre) a muy corto plazo, lo cual no impide que sean en cierto modo previsibles. Por esto, en el enfoque de la complejidad es fundamental diferenciar la predicción, que se hace en términos cuantitativos de probabilidad, de la previsión, que se basa en datos cualitativos de posibilidad (Munné, 2007). Por otra parte, un contexto lineal o no lineal muestra realidades distintas: en aquél, la incertidumbre es desconocimiento que emana de la información faltante, mientras que en éste pasa a ser fuente de conocimiento en tanto que emana de la información emergente.

¿Por qué comprender la globalización requiere un modelo con una dinámica caótica? Por caos se entiende aquí el comportamiento de un sistema hipersensible a las variaciones, por pequeñas que estas sean. Un sistema así implica una paradoja: es determinista, dado que puede ser formulado por un sistema de ecuaciones diferenciales no lineales (si es matematizable), pero es indeterminista porque tiene varios resultados posibles o sea que a priori es impredecible el resultado final. Expresado en términos de desarrollo, el tiempo o la historia del sistema tiene una flecha, pero la ruta de la misma no puede saberse con antelación, ya que resulta de bifurcaciones sucesivas (Prigogine, 1997a). Y se sabe desde hace años (May, 1976), que éstas constituyen la ruta que conduce al caos, a través de un proceso denominado duplicación de períodos.

La paradoja citada significa que en el caos subyace un patrón de conducta (representable gráficamente, en los sistemas matematizables, por los llamados atractores extraños), patrón que no sólo no impide la libertad de acción del sistema sino que la hace posible, debido a la no linealidad del sistema. La dinámica caótica se ha comprobado en campos tan diversos como la meteorología, la genética de las poblaciones, la arqueología, la economía, la medicina, la psicología… Y es “visible”, por ejemplo, en los electrocardiogramas y electroencefalogramas comparando los atractores extraños en los estados de salud y enfermedad, o los de vigilia y sueño, en los sujetos observados (Goldberger, Rigney y West, 1990; Bybloyantz, 1988; etc.). Epistemológicamente, el sentido de esa dinámica es que no se está ante un desorden sino al revés, ante la génesis de un orden (Munné, 1994) mediante procesos autoorganizativos.

El mundo globalizado potencia las dinámicas caóticas y con ello los procesos de autoorganización en el comportamiento humano. Para huir de ejemplos conocidos sirvan de ilustración, con referencia a la vida cotidiana, la proliferación de rotondas en el tráfico de vehículos, el triunfo del autoservicio en la compra y consumo de bienes o éxito de los cajeros automáticos en las operaciones bancarias usuales. En relación con la realidad virtual, hay casos ejemplares: Visa Internacional, la conocida macroorganización de servicios de pago electrónico o sea con dinero virtual, se inspira en la teoría del caos (Hock, 2001), lo que ha dado lugar a una filosofía empresarial llamada “pensamiento caórdico” (neologismo derivado de caos y orden). Su versatilidad le ha permitido una rapidísima expansión mundial, desplazando a su veterana competidora (American Express), que aplica los principios tradicionales de organización. Otra empresa “caótica” es Google: Eric Schmidt, Consejero Delegado de este imprescindible agente globalizador para la búsqueda instantánea de información en la selva de la Red, explica que su empresa ha sido “diseñada para ser más bien caótica; tratamos de construir una cultura que nos permita la creatividad y la experimentación“, porque “no puedes tener orden y creatividad al ciento por ciento: si eres todo creatividad, no tienes empresa, y si eres todo orden, no haces nada nuevo” (Schmidt, 2006, 13). En cuanto a Internet como red virtual de información, conocimiento y comunicación a escala planetaria, creadora del ciberespacio, tiende fuertemente al auto organización.

Una sociedad totalizada se basa en la repetición, el mimetismo y la clonación, y tiende a cristalizarse. En cambio, una sociedad globalizada fractaliza el sistema social. Los procesos fractales, epistemológicamente considerados, consisten en una iteración creadora: generados por reglas o patrones producen fenómenos auto semejante, en diferentes escalas del tiempo y el espacio. Auto semejante implica que son endógenos y que lo producido es a la vez igual y diferente del productor. Dos ejemplos, en la naturaleza, son el brócoli romanesco (brassica oleracea botrytis) y el sistema nervioso animal. En lo cultural, serían las distintas formas locales de monoteísmo o de democracia. Referida a la globalización, la fractalidad implica que aquélla se expande irregularmente y se desarrolla por auto semejanza escalar.

La globalización genera procesos ambivalentes y situaciones ambiguas, inabordables desde la polarización y el radicalismo. Hay una esfumación (licuación, diría Bauman) de las relaciones familiares básicas (matrimonio), de las relaciones productivas o laborales (trabajo flexible o en casa), de los derechos de autor (copyleft), de los mass media (Internet), de las relaciones “internacionales”, del arte, de la guerra y el terror, etc. Y cada intersticio alberga la complejidad.



Anexo Cuadro 1

Líneas Telefónicas y Ordenadores Personales ("PCs") por 1000 Habitantes países seleccionados (líneas y ordenadores, año base: 1996-8/ dominios (3) registrados: base julio/2000)

País Líneas tel. p/ 1000 hab. (2) PCs p/ 1000 hab. Dominios en la red

EEUU 661 459 2.251.445

Canadá 634 330 1.814.505

Francia 570 208 983.450

Alemania 567 305 1.916.512

Reino Unido 556 263 2.080.906

Finlandia 554 349 703.958

Australia 512 412 1.311.492

Japón 503 231 3.413.281

Italia 451 173 1.574.380

España 414 145 538.540

Fed. Rusa 197 41 260.373

Brasil 121 30 662.910

México 104 47 495.747

China 70 9 71.769

Marruecos 54 3 951

Filipinas 37 15 16.694

Indonesia 27 8 21.144

India 22 3 32.991

Paquistán 19 4 5.487

Sudan 6 2 0

Guinea 5 3 1

Uganda 3 1 159

Globalización e Imperativo Ëético 

La ofensiva contra los derechos y conquistas sociales y económicas del Estado de bienestar ha sido general y en todos los frentes. Como consecuencia en el umbral del III milenio cada uno puede constatar que la incertidumbre ha llegado a ser la única certidumbre» (Ramonet, p. 17). Nadie acierta a anticipar como será su futuro porque en su presente todo lo que ve es que está perdiendo lo poco o mucho que había llegado a ganar. Los países desarrollados,

El club de los países ricos en la sociedad mundial, son ahora más ricos y concentran una porción mayor del ingreso mundial que antes, y sin embargo es allí donde ahora presenciamos los movimientos de oposición más poderosos y bien organizados contra la globalización y las instituciones financieras internacionales. «Las sociedades occidentales no se ven más claramente en el espejo del futuro; parecen atormentadas por el desempleo, ganadas por la incertidumbre, intimidadas por el choque de las nuevas tecnologías, perturbadas por la mundialización de la economía, preocupadas por la degradación del medio ambiente y fuertemente desmoralizadas por una corrupción galopante» (Ramonet, p. 15).

En América Latina, la región del mundo donde se fue más lejos en la aplicación de las reformas neoliberales, ha quedado atrás el optimismo con que los gobiernos saludaron hace 15 años el Consenso de Washington, decálogo de tales reformas. Como lo admiten la CEPAL y el BID, la prometida estabilidad dista mucho de haberse conseguido y en vez de ello constatan ahora que la inestabilidad no solo sigue siendo una dolencia crónica latinoamericana sino que tiene consecuencias aún más graves. El desarrollo prometido que se asociaba a la liberalización y el Estado mínimo se contrasta ahora con hechos lacerantes como que de seis regiones del mundo por su nivel de ingreso medio, América Latina en 2000 solo aventajaba a África, cuando en la década de 1950 se colocaba en segundo lugar después de los países desarrollados. Se depositaron todas las esperanzas en el arribo liberalizado del capital extranjero, pero aunque en los últimos 15 años se ha recibido tres veces más inversión

Extranjera que en la década de 1970, se ha crecido apenas a un ritmo anual equivalente a 50%, aproximadamente, de la tasa de crecimiento promedio en las tres décadas de desarrollo con intervención del Estado.


Globalización Cultural 

 

El fenómeno complejo que designamos como globalización tiene repercusiones en multitud de campos, pero quizá en el cultural los efectos son más evidentes a corto plazo y la valoración sobre los mismos es más dispar.

En efecto, en principio parece positivo que en todas partes del planeta podamos tener acceso a los fenómenos culturales que se producen en cualquier zona geográfica: podemos asistir a las mismas representaciones teatrales que en Nueva York, en Londres o en Tokio. Al mismo tiempo podemos tener noticia de las diferentes músicas del mundo así como de los distintos pensamientos que se están produciendo en la aldea global. Se trata, pues, de una situación inédita en la historia de la Humanidad que posibilita un intercambio enriquecedor entre los seres humanos y las diferentes culturas. En este sentido la presencia física de los portadores de otras culturas en nuestras sociedades está aportando un indudable enriquecimiento de las nuestras propias a través del mestizaje.

Pero a pesar de posibilidades de enriquecimiento cultural, la realidad nos muestra que, aunque de un modo marginal el mestizaje se hace presente en nuestras sociedades, nuestras ciudades cada vez se parecen más unas a otras, nuestras pautas de ocio son también iguales, nuestros hábitos alimenticios y nuestra forma de vestir siguen la misma pauta, con una preponderancia alarmante del modo de vida americano que amenaza con convertirse en el único modo de vida planetario.

Por otra parte, la presencia de los inmigrantes en las sociedades más avanzadas plantea problemas de difícil solución: no sólo desde el punto de vista de su situación socioeconómica sino también desde el punto de vista de la convivencia y límites de la misma respecto a los valores fundamentales consagrados en nuestras constituciones. Es decir, hasta dónde debe llegar el respeto a las identidades culturales cuando éstas chocan con nuestros valores básicos, los derechos humanos, como sucede, por ejemplo, con la posición que algunas de estas culturas otorgan a la mujer, a la obediencia religiosa o al papel del individuo en la familia.

Asimismo, la disponibilidad de información es hoy prácticamente ilimitada en cualquier punto del planeta merced a la presencia ubicua de las nuevas tecnología y fundamentalmente de Internet, lo que indudablemente tiene un efecto positivo para la circulación de las ideas, pero también hay que poner de manifiesto que los medios de comunicación de masas reflejan los mismos contenidos en todo el mundo, con la consiguiente reducción del pluralismo y la posibilidad de una manipulación de la opinión pública como no se ha conocido hasta el momento: recibimos la información que los grandes grupos de comunicación quieren que recibamos, con todos los aditamentos ideológicos que consideren conveniente para sus intereses.



CONCLUSION

El proceso de globalización produce importantes cambios en la geografía de la producción, no sólo manufacturera, sino en su acepción más amplia, incluyendo actividades como la agricultura y el turismo. La libre circulación del capital en nuevos espacios ampliados de comercio y los procesos de reconversión a los que se ven empujados los territorios, sumados a las innovaciones tecnológicas, generan nuevos mapas productivos, con sus inevitables balances de pérdidas y ganancias.

Las nuevas actividades en nuevos espacios abren posibilidades ciertas de generar procesos de crecimiento local, los cuales pueden servir de base y entorno para procesos más complejos de desarrollo local endógeno. Que los procesos de crecimiento se asimilen o no a los modelos comentados —distritos industriales, concentración geográfica de empresas, cambio endógeno—dependerá de la calidad de la respuesta local, influenciada a su vez por la catálisis que los sistemas locales de investigación y desarrollo, principalmente las universidades, puedan introducir en el medio local.

Ante esta realidad, los países menos desarrollados deben concentrar todos sus esfuerzos en buscar la manera de aprovechar eficientemente las ventajas que pueda ofrecer la actual división internacional del trabajo, especialmente aquellas relacionadas con las nuevas tecnologías que, pese a estar controladas por los centros desarrollados de producción de conocimiento, es posible adoptarlas y/o adaptarlas a las condiciones regionales y locales concretas. Esto requiere de una verdadera reingeniería de la estructura mental parasitaria de nuestra intelectualidad, acostumbrada a consumir, sin mayor elaboración, conocimientos producidos en y para otros entornos.





REFERENCIAS BIBLIOGRAFICA



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