martes, 29 de junio de 2010

LA COMUNICACIÓN CIENTÍFICA

AUTORES:
MSc. Ingrid Villarroel
MSc. Alejandro Verenzuela

La comunicación es esencial para la práctica de la ciencia. Existe un gran numero de publicaciones y artículos que han alimentado el crecimiento científico Los científicos no sólo le comunican los resultados a sus colegas a través de los artículos publicados, bien sea de manera electrónicos y de presentaciones de conferencias, sino que también se apoyan en el conocimiento de trabajos publicados con anterioridad. La comunicación se encuentra presente en todas las etapas del proceso de investigación. Se ha definido la comunicación académica como "el estudio de cómo los académicos en cualquier campo utilizan y difunden información a través de canales formales e informales. Los canales formales corresponden a la información publicada, como la que contienen libros y publicaciones, y que suele estar disponible durante mucho tiempo para un amplio público. La tecnología de la información, como convergencia de ordenadores y redes, está aportando cambios de gran alcance a los sistemas de comunicación científica. Este cambio ha sido comparado con otros cambios importantes en el sistema de la ciencia, como el desarrollo de la ciencia global. Las investigaciones sobre la comunicación académica cobran una nueva importancia a partir de mediados de los años noventa esto se atribuye a una reestructuración progresiva del sistema de trabajo en redes y de las publicaciones electrónicas.
Las comunicaciones formales e informales han experimentado alteraciones Radicales, debido a los medios impresos y electrónicos. Esto influye no sólo en la manera en que se intercambia información sino también en las instituciones responsables del procesamiento y distribución de la información. Los papeles tradicionales asignados al productor, al procesador y al usuario de la información están experimentando importantes transformaciones. Un informe de investigación en la red por parte de los científicos o de las instituciones responsables del trabajo no puede ser definido con claridad en términos de la tradicional división de comunicación formal/informal, puesto que están implícitos ambos tipos de acciones. Informal, porque la comunicación no es parte de un formato fijo, como un artículo de revista, y formal, por cuanto la comunicación no está limitada a un grupo definido de receptores sino disponible para cualquiera que desee tener acceso a ella. Por otra parte no podemos definir con claridad en términos tradicionales el papel de los científicos que publican sus trabajos en la red ya que estos son productores de información y a la vez actúan como sus propios correctores editores. También pueden agregar una función de cognitiva a su informe creando vínculos entre su "publicación" y otras disponibles en la red. Este tipo de fenómenos están influye en la estructura general del sistema de comunicación científica, es por esta que los modelos tradicionales de edición y comunicación académica están sujetos permanentemente a nuevos análisis en el contexto del panorama actual definido por las tecnologías de la información. Muchos expertos creen que las publicaciones académicas, de las cuales las dedicadas a la investigación son el principal vehículo, se encuentran actualmente en crisis ante la aparición de nuevas estructuras de comunicación.
Hoy por hoy la publicación electrónica está siendo adoptada como una alternativa de los autores que no pueden o no desean satisfacer sus demandas de producción mediante publicaciones tradicionales, estos no ven razón alguna para que su comunicación siga dependiendo casi totalmente de la industria editorial. El hecho de que la tecnología de la información haya dotado de competencias informáticas a los académicos ha disminuido la brecha entre las habilidades del autor y el editor. Los programas son cada vez más potentes y de fácil empleo, además del apoyo institucional especializado en publicaciones y en competencias informáticas, ha brindado a muchos científicos las condiciones necesarias para pensar en publicar sus propios trabajos.
En principio, al cambiar a la publicación electrónica esto trajo como consecuencias beneficios importantes para los científicos en los países menos desarrollados debido a que, por primera vez, estos pueden relacionarse informalmente con investigadores en cualquier lugar del mundo. Sin embargo la imagen idealizada de un cambio paradigmático en la comunicación científica internacional, donde los científicos de los países menos desarrollados desempeñan un papel cada vez más importante en la ciencia internacional, ha sido seriamente impugnado por especialistas del mundo en desarrollo que sostienen que la sola tecnología no modificará su posición periférica. Muchos creen que la mayoría de los países menos desarrollados no participan en la revolución de las comunicaciones y que se está agregando una "pobreza de información" a las numerosas brechas que separan a los países menos desarrollados de los países industrializados. Los países menos desarrollados sufren un gran retraso con respecto los países industrializados en todos los aspectos de la producción de conocimientos. Nadie negaría que el acceso a los ordenadores esté aumentando en casi todos los países. A pesar de que la política general de la mayoría de las instituciones de investigación consiste en proporcionar ordenadores en red a todos los investigadores, su uso varía con las características sociales económicas y normativas de cada país. En estas circunstancias, los países menos desarrollados parecen sufrir una clara desventaja.
Es indudable que los científicos y las instituciones de los países menos desarrollados con acceso a complejas tecnologías de la información y telecomunicaciones se encuentran en mejor posición que sus colegas menos privilegiados para desempeñar un papel importante en la comunidad científica mundial. Es menos probable que la información en el entorno electrónico permanezca dentro de un pequeño grupo de investigadores, lo cual elimina el elemento de "acceso cerrado" propio de los medios de transferencia de información más convencionales. Mientras que en el modelo tradicional de la comunicación científica la pertenencia a los centros colegios invisibles se limitaba a un pequeño grupo de investigadores, en el entorno electrónico actual es habitual enviar correos electrónicos o mensajes del servidor de la lista a otros colegas, ampliando así el círculo de receptores. la tecnología de la información por sí sola no es capaz de romper las barreras sociales y culturales que, según muchos, impiden a los científicos en los países menos desarrollados asumir su justo lugar en la comunidad internacional de académicos. Sólo se puede eliminar la subjetividad en las evaluaciones científicas cuando aquellas personas responsables de la toma de decisiones entiendan que el origen geográfico de los trabajos científicos tiene escasa incidencia en su calidad.
Las publicaciones electrónicas en Internet tienen importantes implicaciones para las posibilidades de investigación de los países más pequeños cuya producción científica a menudo pasa desapercibida. La información académica de los países menos desarrollados tradicionalmente ha permanecido oculta a la gran comunidad científica debido a la escasa presencia de revistas nacionales en las bases internacionales de datos bibliográficos. Al presentar la investigación local directamente en la World Wide Web, este conocimiento se distribuye mundialmente y es posible acceder a él a través de Internet. Los científicos de los países en desarrollo también tienen acceso potencial a servidores de publicaciones electrónicas y para "publicar" sus resultados directamente sobre estos sistemas de ficheros abiertos y otros similares.
Las comunidades científicas de los países menos desarrollados son muy conscientes de la urgente necesidad de mejorar su uso y sus capacidades informáticas y telemáticas. Al ejercer presión sobre sus gobiernos y al buscar la ayuda de las organizaciones internacionales para mejorar su infraestructura de tecnología de la información, se espera detener la tendencia al aumento de la "brecha digital". Hasta que esto no suceda, muchos científicos de países en desarrollo seguirán dependiendo de colaboradores y colegas altruistas que disponen de un mejor acceso a todo tipo de recursos de información esenciales para seguir siendo competitivos en el entorno de la investigación científica rápidamente cambiante de nuestros días.
Puede que Internet esté en vías de reunir al mundo científico, y no sólo en el ciberespacio.
Los cambios en la estructura de los sistemas de comunicación científica, al menos por ahora, serán probablemente más evolucionarios que revolucionarios, y los nuevos sistemas de comunicación coexistirán con el más tradicional. Lo que ahora anticipamos como la dirección que seguirá la comunicación académica tal vez sea una tendencia pasajera, y puede que seamos incapaces de predecir el verdadero futuro. Sin embargo, hay dos cosas medianamente claras. En primer lugar, nos encontramos en un período crítico de transición para la comunicación académica cuando se están sentando las bases para el futuro, aunque sea difícil predecir exactamente qué se nos depara, en segundo lugar, el destino universal de la comunicación académica siempre estará vinculado al progreso y a la difusión de las tecnologías de la información.
Bibliografía
Cursantes del Doctorado en Gerencia Avanzada. UFT Barinas/ Seminario de Comunicación Científica. Prof. Dr. Oscar Martínez Junio 2010./Ingrid Villarroel/ Alejandro Verenzuela

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