domingo, 6 de junio de 2010

Reflexión

¿Por qué publicar Artículos Científicos?
Publicado por el Dr. Luís Rodolfo Rojas, Universidad del Zulia (1)
Reflexión realizada por Lizneida Villanueva y Carmen Rodríguez (2)
Universidad Fermín Toro
Leyendo el artículo ¿Por qué publicar artículos científicos?, vino a nuestras mentes la máxima del filósofo chino Confucio quién señaló en su época que el oír o leer sin reflexionar es una ocupación inútil, esta inquietud se manifestó en nosotras al leer, meditar y reflexionar sobre el mencionado documento, situación que nos remontó al pasado cuando cursamos estudios de pregrado y postgrado (maestría) , esa reminiscencia nos llevo a compartir ciertos aspectos a los cuales haremos mención a continuación, para ello comenzaremos por preguntarnos ¿que es actividad científica? .
La actividad científica es definida por el autor del artículo en referencia como un modo de ser, de pensar, de hacer y de sentir. Un modo de hacer la vida. Entonces la pregunta es ¿dónde y cómo se hace ciencia? , la respuesta mas rápida que afloró en nuestros cerebros: instituciones educativas y no particularmente instituciones de educación “superior”, sino en todos los ámbitos donde se hace educación formal, por tanto en este aspecto discrepamos con lo plasmado en el artículo, pues, la acción investigadora no es responsabilidad solamente de instituciones de educación “superior”, o es ¿que acaso el maestro, el profesor de la educación básica, diversificada no debe ser también un investigador y un líder motivacional para su auditorio?, si bien es cierto que los profesores universitarios deben hacer, fomentar, motivar y divulgar la investigación, no es menos cierto, que si este proceso se iniciará desde las etapas tempranas de la vida en los diferentes niveles que se comprende el sistema educativo, donde los docentes cumplieran su rol de orientadores y explicaran la importancia de hacer investigación, motivando a descubrir y crear sin mutilar la creatividad e iniciativa manifiesta en edades bisoñas, donde maestros que no entienden ni comprenden que la ciencia son modos de ver la vida y en lugar de canalizar positivamente esas iniciativas las truncan y trauman, creando hacia la investigación aversión y miedo; formando en el educando una actitud conformista aceptando por cierto lo que el maestro o profesor imparte en las aulas o jaulas de clases y convirtiéndose en duplicadores de esa acción: repetidores, asumiendo es mas fácil repetir que crear, por tanto no es de extrañar que la realidad en las universidades sea diferente, la cultura de la investigación sea muchas veces la cultura de la simulación y la de la docencia la repetición.
En cuanto a la irracionalidad oficial a la que hace referencia de no poner claro lo que es ciencia y ni siquiera lo que es educación coincide con el modelo de “desarrollo” al cual obedecían los otrora responsables de direccionar la educación, porque para educar e investigar es necesario saber el ¿ por qué? y el ¿para qué? del hecho educativo e investigativo y la mayoría de esas autoridades lo que les interesaba era crear profesionales carentes de iniciativa, cuidarse de reemplazos con conciencia social y nacional. Recurrir al argumento de que las instituciones de educación “superior” lo que hacen es graduar profesionales por graduar, con bajo conocimiento, baja productividad, baja calidad y baja trascendencia en vez de una crítica a la “irracionalidad oficial”, debe ser motivo de introspección para todos los que hacemos educación , pues si bien es cierto que las clases de primaria, secundaria, universitaria incluyendo los postgrados(maestrías y doctorados) son muchas veces salvo algunas excepciones, no todo es tan nefasto, una repetición de libros de autores que defienden un determinada teoría de desarrollo y que muchas veces no se adecuan al contexto, es hora de preguntarnos ¿Qué hacemos en el aula de clase? ¿Somos líderes motivacionales para los estudiantes y no alumnos? ¿Enseñamos como abordar la investigación? ¿Estamos haciendo investigación? ¿Compartimos investigaciones con los estudiantes? ¿Por qué cursamos o cursó estudios de postgrado?, la última y más importante ¿Qué estamos haciendo para cambiar esa situación? De manera que la actitud es determinante da significado a la vida, en tal sentido debemos analizar que una persona negativa verá problemas donde una positiva verá oportunidades para su crecimiento y desarrollo.
Es momento de aceptar el desafío de cambiar esa realidad nefasta que avergüenza y aniquila y sembrar la semilla de una cultura investigativa centrada en las aptitudes, actitudes, comunicación eficaz, sin egoísmos, asumiéndola con seriedad, estudio, responsabilidad, dedicación, esfuerzo individual y colectivo con el propósito de presentar resultados primeramente en nuestro radio de acción y traspasar fronteras.
La comunicación es una herramienta fundamental, utilizando para ello todos los medios disponibles para hacerlo, el artículo científico es una forma de comunicar los hallazgos alcanzados sean parciales o totales siguiendo una rigurosidad en su redacción donde la claridad, precisión, brevedad, globalidad y el alto alcance para las comunidades, deben tenerse presente en su contenido, siendo imperativo el cuidado al decidir donde publicar.
La Web ofrece opciones económicas para publicar y posee un amplio espectro, sin embargo las revistas arbitradas e indizadas ofrecen sus bondades, no es lo mismo un artículo que haya pasado por la rigurosidad del arbitraje a uno que se publique sin haber pasado por la prueba y más relevancia adquiere si es publicado en una revista indexada, para esto es condición dedicarse a investigar, leer diariamente sobre los temas de interés de cada investigador, compartir con pares nacionales e internacionales, , mantenerse activo, salir de la endogamia intelectual y asumir el desafío de investigar, escribir y publicar. Asumir una cultura científica requiere saber ser persona que investiga con ética, valor, dar importancia a la trascendencia del trabajo en la búsqueda del conocimiento, afrontar la enseñanza reconociendo en el otro u otros el talento y la inteligencia para comprender y explicar hechos desde su punto de vista y ponerse de acuerdo para encontrar puntos de consenso o divergencia por medio de la investigación de manera de ir aniquilando los monólogos de maestros y profesores en las aulas de clases, haciendo del aula un verdadero caldo de cultivo para salir con hambre de sumergirse en el mundo de la investigación.
Para asumir ese rol transformador el docente debe contar con condiciones mínimas verbigracia ser personal de planta en la institución educativa donde realiza la mayor parte de su actividad docente, no es secreto que muchos profesores se “pasean” por varias instituciones educativas “impartiendo clases”, dictando diferentes materias para redondear un ingreso que permita sufragar las necesidades básicas de él o ella y sus familias, lo que trae como consecuencia carencia de un sentido de pertenencia institucional y por ende repetición de contenidos en algunos casos obsoletos, su acción investigativa se ve coartada por no poseer el tiempo para preparase como debe ser, su condición de trabajador a destajo lo desmotiva y acarrea consecuencias no satisfactorias tanto para profesores, estudiantes e instituciones. Esta situación no sólo se presenta en el pregrado sino en los postgrados donde no existen profesores a dedicación exclusiva, ni grupos de investigación conformados, líneas de investigación claramente definidas menos aún responsables de líneas de investigación que puedan acoger a los participantes de las maestrías y doctorados sumado a la carencia de mentores y tutores recurriendo los estudiantes a los mercados negros de “producción intelectual” para librarse del popular Síndrome Todo Menos Tesis.
De lo anterior se desprende que indudablemente debemos dedicarnos a la construcción de un nuevo Ser, con una cultura centrada en la investigación utilizando el paradigma que más se ajuste a su estilo, asiéndose de la comunicación como una herramienta estratégica para expandirla, tomando la decisión de donde publicar y aprovechando al máximo el tiempo, siendo este un factor determinante para medir la producción intelectual, la demora en la revisión de trabajos por parte de los pares es lenta a veces porque son pocos y están atiborrados de trabajo y otras veces la falta de incentivo económico lo que trae como consecuencia que la productividad se vea mermada. Por tanto publicar por los menos dos artículos en revistas indexadas en un buen comienzo individual y el trabajo en equipo para aumentarla compartiendo los esfuerzos, las inversiones y los éxitos. Ante la disyuntiva ¿publicar o desaparecer?, la respuesta debería ser publicar y convertir las aulas en laboratorios y olvidarse de las jaulas.
Bibliografía
1.- Rojas, Luís Rodolfo. (2000). Universidad del Zulia (1)
2.- Rodríguez, C.J. y Villanueva, L. (2010). Universidad Fermín Toro

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