INVESTIGAR POR PLACER
Entrevista al Dr. Richard Feynman

Por:

Dianosky Pulido
dianosky697@hotmail.com

María Segovia
mariasegov@gmail.com

Discernir acerca del rol protagónico que tuvo Richard Feynman en la actividad científica del siglo XX, sería redundante y monótono, una vez que se ha dado un vistazo al video “El placer de Descubrir las cosas”, en el cual en entrevista concedida a inicios de la década de los ochenta, este hombre de la ciencia manifiesta generosamente las motivaciones psico-sociales, intereses, actitudes y aptitudes que determinaron su andar por la vida y los logros que dichos aspectos le significaron.

No obstante, para no pecar por omisión, hay que decir que Feynman, fue uno de los precursores de la nanotecnología y de la computación cuántica, distinguido con el Premio Nobel en Física en el año 1965, por su trabajo en electrodinámica cuántica, participe del Proyecto Manhattan del cual resultó la bomba atómica, profesor del Instituto Tecnológico de California CalTech durante varias décadas, destacado conferencista y autor de numerosas obras que hoy en día son referencia obligada para los estudiantes de física alrededor del mundo, pero sobre todo fue desde muy temprana edad un CIENTÍFICO, y es precisamente en este aspecto en el cual se centrará el análisis que se presenta a continuación, en qué cualidades ostentaba este investigador, que aunque irreverente, lo situaron en la cima del reconocimiento de las organizaciones científicas de su ramo, sus pares y sus estudiantes.

De acuerdo con De La Lama (s/f), para comprender cómo se hace la ciencia, hay que traspasar de algún modo las paredes de los laboratorios para adentrarse en la problemática interna que vive el investigador científico, ya que “los motivos personales y sociales que impulsan al científico a investigar darían la pauta para explicar las acciones y reacciones formales e informales que conllevan los procesos de investigación”.

La entrevista realizada a Feynman permite precisamente acercarse al complejo mundo de motivaciones, creencias, percepciones y afectos de un científico notable, lo que a su vez permite confirmar una de las observaciones realizadas por De La Lama: “el pensamiento brillante del investigador no es producto de un accidente genético o de una casualidad o de una buena memoria o de una necesidad social históricamente determinada, sino consecuencia de una búsqueda existencial”, que evidentemente fue influenciada por un padre virtuoso.

En este sentido, siguiendo con De La Lama (s/f), si se asume que hacer ciencia es un proceso psico-social, que relaciona elementos que interactúan, tales como el científico, los procesos que se desea investigar, el medio social y académico que le envuelve, y los procedimientos, técnicas e instrumentos con que éste cuenta, puede observarse que a lo largo de la conversación con Feynman, queda evidenciado que para este científico, dedicado al estudio de lo que él denomina la naturaleza, más concretamente la física, fueron cruciales, no solo las circunstancias de una niñez sabiamente estimulada por su padre, sino la avidez de encontrar soluciones solapada con la complicidad de sus colegas y “jefes” que le permitieron expresar su potencial y desarrollar libremente los medios que finalmente le permitieron obtener resultados trascendentes en su quehacer científico.

Para Yvorra (s/f), la razón real por la que existe la ciencia, no es que los científicos se propongan encontrar aplicaciones a lo que están pensando, sino que su rigurosidad y disciplina de pensamiento, se enfocan en descubrir algo nuevo, por la sensación de gozo que encuentran en ello. Nada coincide más con la expresión de Feynman (1981) “El premio es el placer de descubrir la cosa, meter el descubrimiento, que otra gente lo use”, lo que permite inferir que su motivación pasa por una especie de satisfacción profunda producida por lo nuevo.

Análogamente, la afirmación precedente coincide lo propuesto por De La Lama cuando señala que la “substancia de toda investigación científica: Efectuar un DESCUBRIMIENTO, proceder a VERIFICARLO y posteriormente COMUNICARLO” con el fin de lograr una explicación que tenga mayor grado posible de generalización a un problema planteado. Así se tiene que para Feynman, todo hallazgo debe ser verificable, el principio de la ciencia es que la prueba del conocimiento es la experimentación, es decir los experimentos son los únicos jueces de la verdad científica, de hecho muestra cierto desprecio por las ciencias sociales, debido a esa falta de comprobación de los fenómenos que las hace más argumentativas que las ciencias naturales, debido a que aun no existe la cantidad de observaciones que permita realizar la prueba acerca de la veracidad o falsedad de las ideas que intentan explicar.

Sin embargo, Feynman admite que no tiene ningún problema en lidiar con la duda y la incertidumbre, de hecho considera que para dar solución a un problema que nunca antes fue resuelto, se debe contemplar lo desconocido, la posibilidad de no resolverlo correctamente, ya que si se fijan de antemano soluciones que estén alineadas con ciertos preconceptos, es posible que no se pueda resolver el problema nuevo nunca. La existencia de la duda es el punto de partida de las nuevas ideas.

Está claro que para que un científico se distinga debe poseer aptitudes metodológicas, técnicas e instrumentales, una notable capacidad analítica; además del dominio de los conocimientos de una o varias ciencias particulares relacionadas con la problemática a tratar y el desarrollo de una sólida disciplina académica (De La Lama, s/f), cualidades todas que se nos revelan en Feynman, cuando señala que su dedicación al desarrollo de las ideas debe ser exclusiva, y que en ausencia de respuestas obvias a través de la herramienta matemática de la que se valió toda su vida y que de hecho considera imprescindible para la comprensión de la naturaleza, la alternativa es dedicarse a buscar respuestas “cualitativas” en tanto se consigue la ruta para la verificabilidad de la teoría de manera cuantitativa, demostrando con ello gran sentido crítico para desarrollar nuevos instrumentos que le permitiesen probar hipótesis no contrastadas aún.

Por otra parte, en lo que respecta a la comunicación de la ciencia, materia de este seminario, destaca en Feynman una gran vocación a la divulgación de sus logros, no con pretensiones expresas de notoriedad, sino con el ánimo genuino de enseñar en la medida de lo posible (se confiesa un inexperto en la materia, a pesar de haber sido ampliamente admirado y valorado por sus alumnos) y permitir la comprobación de sus teorías experimentalmente, con el objeto de contribuir con la ciencia, por lo que también se destacó como conferencista y autor de numerosas obras que hoy en día son referencia obligada en los cursos de física a nivel mundial.

En cuanto al uso que se da a los resultados de las investigaciones, Feynman afirma que la bondad o perniciosidad de los mismos, dependen del poder de la ciencia misma para hace que las cosas nuevas realmente ayuden a mejorar la vida humana, su reacción posterior a la utilización de la bomba atómica, en cuyo proyecto participó como encargado de los cálculos, dan fe de ello.

Para concluir puede señalarse que aún sin referirse específicamente a Feynman, la siguiente afirmación de De La Lama, realmente describe lo que fue ese científico en el siglo XX: “Compromiso existencial crítico con la ciencia, disciplina académica, aptitud investigativa y capacidad de comunicación científica son elementos consustanciales a la investigación científica, a la comunidad científica contemporánea y a la ciencia actual” (s/f).


Referencias:

BBC (1981). El Placer de Descubrir las Cosas. Recuperado en Julio 01, 2010, de http://comunicacioncienticaftdoctorado.blogspot.com/

DE LA LAMA, A. (s/f). La Investigación Científica: Compromiso y Actitud Metodológica. Facultad De Filosofía y Letras, UNAM. Recuperado en Julio 01, 2010, de http://www.Anuies.Mx/Servicios/P_Anuies/Publicaciones/Revsup/res103/txt3.htm

YVORRA, E. (s/f). Richard Feynman. Recuperado en Julio 04, 2010, de http://www.monografias.com/trabajos11/richa/richa.shtml